lunes, 5 de abril de 2010

IDENTIFICACIÓN DE LAS CARTAS CON LA REALIDAD

Si hay algo que puede llegar a ser desesperante al realizar una lectura de Tarot, es lograr centrar los significados de las cartas. Nos encontramos nada menos que con 78 láminas que poseen diversos significados, pero además, para hacerlo todo aún más divertido, si utilizamos las posiciones invertidas, como es mi caso, entonces la cifra se dispara, puesto que habremos de multiplicarla por 2, de tal modo que al final nos encontramos con 156 imágenes que engloban, cada una de ellas, distintas acepciones, en algunas ocasiones contradictorias entre sí. Pongamos como ejemplo el Emperador invertido: puede ser el tirano o el pusilánime, desconcertante, ¿verdad?

Ante este panorama desolador cabe preguntarse: ¿Seré capaz algún día de hacer una tirada sin tener que rebuscar entre mis hojas de apuntes los distintos significados? La respuesta es SÏ. Todo es cuestión de proponérselo. El trabajo con el Tarot es de tipo acumulativo, se requiere de constancia y no caer en el desánimo ante las dificultades aparentes.


Uno de los momentos que más pánico produce es cuando te encuentras sin apoyo ante una tirada, la dependencia de libros y/o maestros de Tarot es terrible; te has acostumbrado a que alguien siempre oriente, encamine tus pasos y te haga rectificar cuando las interpretación de una tirada se está convirtiendo en algo absurdo, extravagante. Pero ese apoyo no puede ser eterno, llega un momento en el que cada persona debe asumir sus tiradas, cometer fallos y aciertos sin ayuda de nadie. Una cosa es comentar, hacer puestas en común, compartir conocimientos, pero algo muy distinto es negarse a “cortar el cordón umbilical”.

Cuanto antes seamos capaces de enfrentarnos en solitario a las cartas, mejor. Por eso urge aprender una serie de estrategias que nos ayuden a adquirir soltura ante una tirada. Hay muchos caminos para facilitar el aprendizaje del Tarot, afianzar los conocimientos y adquirir seguridad. Fundamental es conocer los significados básicos de cada carta, ese es el primer trabajo y quien se salte este paso, no logrará ver en el Tarot más que un galimatías con cierto atractivo, pero totalmente incomprensible.

Una vez que somos capaces de relacionar cada carta con unos cuantos significados básicos, se plantea el problema de memorizarlos. He ahí el verdadero obstáculo, la memoria. Por un lado el visualizar de forma pasiva o activa las cartas, como iremos viendo en sucesivos posts, nos ayuda a integrarlas internamente, a que formen parte de nosotros. Que duda cabe de que es un ejercicio impagable y tremendamente positivo.

Pero hay más prácticas que podemos llevar a cabo, una de ellas es lo que yo llamo identificación y que, me imagino, que otras personas llamarán de otra forma, pero viene a ser lo mismo. La base de este ejercicio es muy sencilla. Al ser humano le gustan las cosas concretas, en general, la capacidad de abstracción no suele estar muy extendida. Entendemos aquello que podemos ver y tocar, en cuanto que tenemos que imaginar y recrear mentalmente, nos atoramos. No hay más que comprobar las enormes dificultades que solemos tener a la hora de realizar ejercicios de visualización. La mente divaga, se dispersa, mariposea de un tema a otro… Por todo esto, la identificación resulta más asequible y más manejable.

La identificación es un proceso muy básico: se trata de establecer una relación entre el significado de una carta y algún hecho cotidiano o bien, la descripción de una persona concreta, de carne y hueso, que conozcamos razonablemente bien. Pongamos ejemplos: tomemos la Estrella, ya conocemos sus significados básicos: es una carta que nos habla de ilusión, esperanzas, inocencia y creatividad. Por supuesto, significa muchas más cosas, pero se trata de tomar solamente los significados más característicos de este Arcano.

Una vez identificados los significados más elementales y representativos de esta carta, el siguiente paso será tratar de identificarlos con una persona de nuestro entorno, alguien real. Pensemos en familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos… alguien que conozcamos y a quien sin duda podemos atribuir las cualidades que adornan a la Estrella. Quizás es esa vecina, vamos a llamarla Esther, siempre amable y positiva, que posee una candidez que llama la atención, siempre se ilusiona por todo y es tremendamente sensible… A partir de ahora podemos identificar esta carta con nuestra vecina Esther, de tal modo que cuando nos encontremos una tirada en la que esta carta represente a una persona, inmediatamente, asociaremos las cualidades de nuestra vecina Esther, con dicha persona, de tal modo que ya podemos asegurar que se trata de alguien dulce, ingenuo y positivo.

En este punto, merece la pena recordar que los Arcanos Mayores son arquetipos psicológicos que, o bien por separado o bien combinados entre sí, nos muestran todas las tipologías humanas existentes. De tal modo, que el asociar arquetipos con personas conocidas constituye un ejercicio mnemotécnico de primer orden. Puede suceder que nos encontremos con personas que son más complejas, si bien para identificar a nuestra vecina Esther nos basta con un Arcano, otras personas poseen más matices y tal vez necesitemos una carta más para poder describir de forma satisfactoria su forma de ser.

Pongamos otro ejemplo. Pensemos en un imaginario jefe, a quien llamaremos Ricardo. Nos encontramos ante un hombre de experiencia, todos acuden a él para pedirle consejo, es alguien que por su edad y forma de ser, inspira confianza, da esa sensación de que todo va a salir bien, que no hay problema que no pueda solucionarse y él siempre sabe las respuestas a cualquier cuestión, además es una persona de sólidas convicciones morales. Bien, podemos identificar aquí sin duda al Papa, pero sigamos imaginando y además de esas características de su personalidad tan pronunciadas, destacamos la inteligencia y capacidad de liderazgo, no sólo es experto, sino también inteligente y capaz, es decir, que posee conocimientos y los pone en práctica. Bien, tenemos una carta más para definir por completo a Ricardo, podría ser la combinación del Papa y el Mago.

Por supuesto, he definido dos personalidades muy positivas, evidentemente todos conocemos gente estupenda y gente bastante menos estupenda, se trata de asociar, para bien y para mal.
Pero no sólo podemos definir personas con la identificación, también situaciones, aquí ya podemos introducir a los Arcanos Menores.

Vayamos a los ejemplos. Imaginemos una situación e identifiquemos cartas con ella. La situación a definir sería la siguiente. Pensemos en una hipotética situación profesional; sentimos que llevamos mucho tiempo en el mismo puesto dentro de la empresa y que nos estamos estancando, no progresamos y cada vez se nos hace más cuesta arriba el día a día laboral. Ya tenemos una situación perfectamente identificada, sin lugar a dudas sentimos que la carta que nos representa en este momento es el Colgado.

Igual que hicimos con la personalidad, podemos definir una situación con dos cartas como mucho, aunque yo soy partidaria de utilizar, siempre que sea posible solamente una. Retomando el ejemplo del Colgado, el efecto que buscamos conseguir con la identificación es el siguiente: cuando se relaciona una carta con una idea o una situación que nos afecta personalmente, no sólo entendemos el significado externo, en el ejemplo sería el estancamiento, sino que, al identificarlo con una situación que vivimos de forma personal y directa, nos resulta más fácil entender en una tirada las sensaciones que esa carta provoca en la persona que nos consulta. De ese modo, al realizar a otra persona una lectura de Tarot, en el momento que nos aparece la carta del Colgado, sabemos que en ese punto de su vida esa persona se siente estancada, pero también podemos definir cuales son sus sentimientos puesto que nosotros los hemos vivenciado y tenemos perfectamente archivada e incorporada a nuestra experiencia vital esa sensación.

Haciendo estos ejercicios de identificación, conseguiremos que el contacto con las cartas sea mucho más estrecho, puesto que nos hablarán de cosas que conocemos, porque hemos vivido, así pues, la lectura se vuelve más real, deja de ser una combinación de datos y significados fríos, para convertirse en hechos ciertos que podemos sentir y comprender. Puedo asegurar que, realizando este ejercicio con todas las cartas, se abandona mucho antes el cuaderno de apuntes.
Como últimas anotaciones de carácter meramente técnico, aunque cada cual puede adaptar el ejercicio a su forma de pensar particular, yo pienso que es más práctico utilizar para identificar personas los Arcanos Mayores y las cartas de Corte de los Menores, es decir, Sotas, Caballos, Reinas y Reyes de los cuatro palos; y para identificar situaciones el mazo completo, pero, como en todo, cada uno sabe lo que mejor le conviene. Os invito a experimentar y a sacar vuestras propias conclusiones.

2 comentarios:

  1. excelente ejercicio!considero esta ejercitacion imprescindible.Siempre digo que el mas valioso libro es aquel que escribimos nosotros mismos ,nuestros propios cuadernillos de apuntes,observaciones,lecturas,tiradas,juegos,incluso dibujos,relaciones,etc...porque este es el conocimiento que hecha raices.Un abrazo,compañera!Muy buena sugerencia!;-)

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  2. Exactamente es lo que pienso yo, el Tarot es complicado en la medida que nosotros lo hacemos complicado. Cuantos más ejercicios hagamos para acercarlo a lo más real y cercano a nosotros, más fácil nos resultará.
    Me alegra que te haya gustado

    Besos

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