NUEVE DE BASTOS

En la carta del Nueve de Bastos encontramos un solo personaje. A primera vista, parece un hombre joven apoyado en una larga vara, con una venda en la cabeza, como si estuviese herido y le faltasen las fuerzas. Pero nada más lejos de la realidad. Si nos fijamos en la expresión de su rostro, vemos un gesto de tensión que se mezcla con hostilidad. Está alerta, tal vez ya ha sufrido un ataque y no quiere verse sorprendido de nuevo, por lo tanto vigila con desconfianza mientras sus manos se aferran a la vara, probablemente está preparado para atacar o defenderse si se da el caso.

Contemplando con detenimiento la figura, se puede apreciar que es un joven fornido, no hay más que ver sus recios muslos, así que si tiene que pelear, peleará sin problemas. La venda en la cabeza nos demuestra que ya ha luchado y ha salido herido, pero entero. Me gusta mucho la definición que nos ofrece Joanna Watters en su obra “El libro completo del Tarot” (Gaia Ediciones): “Esta es la carta del “cansado por la batalla”, e invariablemente aparece cuando alguien se encuentra en lo más reñido de una severa prueba de resistencia”.

Sus humildes ropas son de colores energéticos, nada de tonos suaves: naranjas, rojos amarillos…dependiendo de las versiones, pero todos ellos tonos cálidos, que hablan de fuerza, determinación y energía. Interesantes las mangas de la camisa, que son blancas, revelan la pureza de sus intenciones, él no va a atacar a nadie, lo único que hace es defenderse de cualquier agresión. Sus pies se posan firmemente en un suelo asfaltado, construcción humana, lo que quiere decir que su ámbito de lucha está en lo humano, no en posibles lances de carácter espiritual.

Observemos la disposición de las nueve varas que aparecen como representación numérica de la carta. El joven sostiene una ante sí, sujetándola con sus manos con decisión, será su arma defensiva para cualquier acometida. Las otras ocho varas están clavadas verticalmente en línea, detrás de él, formando una especie de fortaleza que protege su retaguardia. Bien pensado, así minimiza riesgos y podrá avistar con tiempo cualquier ataque que llegue, evitando que le sorprendan por la espalda, desprevenido.

Tras la barrera de varas lo que apreciamos es un paisaje tranquilo. El cielo azul, limpio de nubes, transmite una sensación de calma. Por la parte inferior se ven unas colinas completamente verdes y frondosas. Quizás ese sosiego es el que nuestro protagonista quiere defender y conservar a toda costa, aunque tenga que batirse en una pelea para conseguirlo. Esta es una de las claves de esta carta, cuando aparece en una tirada te puede estar aconsejando defender tu postura, sea cual sea el ámbito sobre el que se pregunte.

Esta carta es una magnífica representación de las luchas que se nos van presentado a lo largo de nuestra vida. No por casualidad se denomina al Nueve de Bastos como “El señor de la gran fuerza”. Pero ¡ojo! Corremos un serio peligro. Cuando estamos en un permanente estado de alerta y desconfianza, podemos caer en la paranoia de sentir que todo nos amenaza. En el justo medio está la virtud.

Significados generales: Estabilidad. Esfuerzo. Disciplina, productividad. Creación de negocios. Especulaciones afortunadas. Éxito tras la lucha. Estado de alerta. Precaución. Dominio de la información. Expectativa de cambios y movimientos en el área sobre el que se pregunta. Sentimientos humanitarios, amor al prójimo. Según las cartas cercanas, podría hablar de heridas del pasado sobre las que hay que trabajar si si queremos superarlas.

Invertida: Desconfianza. Persona reservada, recelosa. Temor a sufrir nuevos ataques. Calamidades. Obstáculos. Sentir que los acontecimientos nos sobrepasan. Rechazar la ayuda que se nos presta. Abandono de la lucha. Planes improductivos, nada prácticos. No se compromete a nada porque no se fía. Bajar la guardia por subestimar a los contrincantes.