Si Franz Bardon hubiese vivido unos cuantos años más, estoy convencida de que se habría convertido en una de las grandes figuras del ocultismo del siglo XX. De su biografía personal poco se puede contar, pues hay muchos datos confusos y muy pocas certezas. Nació en Opava en lo que hoy es la República Checa en 1909 y murió en 1958. Según reza la leyenda, en realidad era un Adepto que encarnó en el cuerpo de Franz, cuando era un adolescente, a ruegos del padre de éste, que pedía la guía de un maestro espiritual.
En su juventud trabajó con el pseudónimo de Frabato, en espectáculos en los que demostraba sus dotes ocultistas, pues era mucho más que un simple ilusionista o mentalista; en aquella época eran muy comunes esta clase de entretenimientos.