Después de la Luna inevitablemente, ha de venir el Sol. Este arcano no necesita reflejar la luz de ningún otro astro, se basta y se sobra el solito para iluminarlo todo. ¡Y vaya que lo hace!. No hay situación o persona que no mejore irremediablemente cuando aparece esta carta; lejos queda la bruma confusa de la Luna, aquí todo es directo y claro. Es luz.
Según que baraja utilicemos nos encontraremos uno o dos niños, a pie o a caballo. Poco importa, puesto que no afecta para nada al significado de esta carta la cantidad de personas que aparezcan o lo que estén haciendo. Los dos niños se identifican con Cástor y Pólux, hijos de Zeus y es inevitable pensar en el signo de Géminis cuando vemos esta imagen. Por ejemplo encontraremos dos niños en la versión del Tarot de Marsella.