miércoles, 28 de abril de 2010

LOS ATAUDES MOVEDIZOS

Esta historia, que es real y está documentada, transcurre en la isla de Barbados. En el siglo XVIII, los Walrond, una acaudalada familia de plantadores, hicieron excavar un panteón de roca en Christ Church, en la Oistin Bay.

El mausoleo se inauguró en el año 1.807 cuando se enterró a la señora Thomasina Goddard. Por motivos desconocidos, el panteón pasó a la familia Chase, también eran acaudalados plantadores. El mismo año que lo compraron enterraron a una de las hijas de la familia: Mary Ann Chase. En julio de 1.812 dieron sepultura a otra hija, Dorcas; según parece, la joven se había suicidado.



La familia no era precisamente afortunada, puesto que un mes después de la muerte de Dorcas, se volvió a abrir el sepulcro para enterrar al padre de las dos muchachas, Thomas Chase. El séquito fúnebre no podía dar crédito a sus ojos cuando vieron que los ataúdes de las hijas del finado estaban colocados de pie y del revés. No había señales de profanación. En cambio, el modesto ataúd de la señora Goddard permanecía en su sitio. Huelga decir, que el mausoleo había sido sellado desde el entierro de Dorcas y no mostraba señales de haber sido violentado.

Las acusaciones recayeron en los trabajadores de color del cementerio, cosa del todo ridícula, si se tenía en cuenta que el sellado del mausoleo se había conservado intacto y no existía otra entrada por la que hubieran podido acceder. La puerta fue sellada de nuevo herméticamente con una pesada losa de mármol.

En 1.816 se produjo otro fallecimiento en la familia. En este caso un niño de la familia, Samuel. De nuevo los ataúdes de los Chase habían cambiado de posición y de nuevo el de la señora Thomasina Goddard seguía en su sitio. El ataúd de Thomas Chase era tan pesado que en su entierro tuvieron que transportarlo entre ocho hombres, no importaba. Estaba puesto de pie, apoyado en una de las paredes. Otra vez se formularon acusaciones veladas a los trabajadores, pero era imposible que hubieran entrado en la cripta, la losa que tapaba la única entrada seguía intacta.


A las pocas semanas, falleció el padre del pequeño Samuel. En esta ocasión la expectación era máxima, todos los habitantes de la isla quisieron estar presentes en el acontecimiento. Y el mausoleo de los Chase no defraudó al público congregado. Una vez más, todos los ataúdes de la familia Chase habían sido removidos y, como era ya costumbre, el de la señora Goddard seguía impasible en su lugar original.

En esta ocasión, el gobernador de Barbados, Lord Combermere, decidió tomar cartas en el asunto e hizo que se inspeccionar minuciosamente el panteón de los Chase, no se encontraron restos de humedad que pudiera haberse filtrado desde el exterior, facilitando el deslizamiento de los ataúdes. Tampoco se encontró algún tipo de entrada disimulada en la roca, por la que pudiera acceder una persona. La entrada era una sola y tras los sucesivos enterramientos había sido cubierta por una losa pesada que permanecía intacta.

Cabe resaltar que todos los ataúdes de los Chase eran de plomo, no se trataba de un material ligero que pudiera moverse fácilmente con un leve temblor de tierra. Además, un movimiento sísmico los podría mover de su sitio pero no colocar de pie, y habría afectado al resto de tumbas del cementerio, especialmente al de la señora Goddard, puesto que era de madera, mucho más ligero que los otros.

En 1.819 se produjo fallecimiento dentro de la familia Chase, en esta ocasión Thomasina Drake. De nuevo, ante la incredulidad de todos, los ataúdes de la familia Chase aparecían descolocados. De nuevo se examinó el lugar sin encontrar una explicación satisfactoria para lo sucedido. Se volvieron a colocar los féretros y a sellar el mausoleo, reforzando la losa con cemento.

A los pocos meses, Lord Combermere se decidió a abrir panteón de los Chase, puesto que varias personas habían informado que se escuchaban extraños ruidos en su interior. Huelga decir, que cuando se volvió a levantar la pesada losa de entrada, el espectáculo era el que se esperaba encontrar. Todos los ataúdes de los Chase estaban descolocados, mientras el de la señora Goddard, reposaba tranquilamente en su rincón.

Las noticias sobre los danzarines ataúdes, se extendieron por todas partes. Surgieron explicaciones de todo tipo, desde rebuscadas teorías sobrenaturales, a intrincadas hipótesis sobre fenómenos compl.etamente naturales, pero ninguna resultaba satisfactoria. Incluso Sir Arthur Conan Doyle, llegó a formular una teoría, que basaría tanta actividad en el disgusto de los fallecidos al haber utilizado ataúdes de plomo en vez de madera, lo que retrasaría la descomposición natural de los cadáveres. Como se puede ver, formular teorías no cuesta nada. También se dijo que los suicidios de Thomas Chase y su hija Dorcas podrían ser los causantes. Pero ¿y los otros qué culpa tenían? ¿Por qué la señora Goddard no? ¿Era tal vez una maldición familiar?

En cualquier caso, se decidió que la única solución posible, era trasladar los féretros a otros lugares del cementerio para terminar con el fenómeno, y parece ser que se consiguió el objetivo. Desde entonces los restos de los antiguos “habitantes” del panteón Chase, hoy vacío, lograron por fin el descanso en sus nuevas ubicaciones.

4 comentarios:

  1. wow!Para mi que a la señora Goddard no le gusto nada la compañia :D
    Que caracter,no?jeje
    Claro que no debe haber sido divertido para los que presenciaron esto,mas bien pavoroso!
    Saluditos!!!!^^

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  2. Jaja, yo creo que es que no se soportaban en vida y tampoco lo hac�an muertos, y claro, intentaban huir unos de otros y no ten�an sitio para salir corriendo.

    Besos

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  3. Creo lo mismo que Azul Tarot, es posible que el hecho de haber vendido el mauseleo con una habitante en su interior a una familia extraña, no le pareció a la señora Goddard.

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  4. Hola Patricia Florencia

    Encantada de saludarte. Probablemente sea esa la explicación, por desgracia no creo que lleguemos a saberlo con exactitud, pero el caso es que una vez enterrados en otro lugar cesaron los fenómenos extraños, así que está claro que en ese panteón no eran bienvenidos.

    Un saludo y espero que nos leamos a menudo

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