El Loco camina de forma despreocupada acercándose al borde del precipicio, pero esto no le provoca ningún temor, se siente seguro, confía, de hecho su mirada se eleva hacia el cielo, como si sus metas estuvieran muy por encima del suelo que pisa. Podría decirse que representa el inicio del viaje interior que realizamos a través de las cartas del Tarot. Junto a él un pequeño perro blanco corretea, representa la parte lógica de la mente, que siempre fiel escolta al Loco en su aventura.
En el Tarot de Marsella el perro aparece empujando al Loco, como si quisiera advertirle del peligro que corre, es así como nuestra parte consciente intenta atraernos a su terreno cuando nos dejamos llevar exclusivamente por nuestra subconsciencia.