La imagen del Ocho de Copas presenta dos focos de atención principales. En primer plano vemos perfectamente alineadas ocho copas doradas, detrás de ellas vemos la figura de un hombre, vestido con un manto rojo, y que apoyándose en un bastón, camina dando la espalda al espectador, como si se alejara de las copas.
El cielo está oscuro pero no demasiado, parece una noche clara de luna llena. Si nos fijamos, en la parte superior izquierda de la lámina, vemos lo que podría interpretarse de dos maneras: o bien una Luna menguante junto a una Luna llena, o bien una Luna menguante junto al Sol. Circula por ahí una explicación muy interesante para esta imagen y es que lo representado sería un eclipse, en el que la Luna trata de tapar el Sol, es decir, el inconsciente, se vuelve predominante sobre el consciente, y por eso el personaje de la carta, abandona lo material siguiendo el llamado de lo espiritual.