La acción se sitúa en una pequeña localidad inglesa, Cheltenham, en el año 1.882. El capitán Frederick William Despard, recién retirado, se acababa de instalar con su familia en una hermosa casa en la calle Pittville Circus Road. Vivían con él su segunda esposa, Harriet Ann, y sus cinco hijos con edades comprendidas entre los 19 y los 9 años.
Una calurosa noche del mes de junio, cuando apenas llevaban tres meses instalados en su nueva casa, Rosina Clara, la hija mayor, escuchó unos pasos cerca de su puerta cuando se desvestía para acostarse. Creyendo que era su madre, abrió la puerta, pero no había nadie en el pasillo. Miró a lo largo del mismo y vio, en el rellano de la escalera, la silueta de una mujer enlutada. Parecía que enjugaba sus lágrimas con un pañuelo.