"El TODO es Mente; el universo es mental".
Esta es la primera Ley Hermética y, en cierto modo, este principio resume todo lo que es Magia, es la base de la filosofía hermética, todo es mental, somos producto de nuestra mente. Todo aquello que nos pasa, todas las cosas con las que nos encontramos a lo largo de nuestro camino, sea para bien o para mal, provienen de nuestra mente. La sustancia que todo lo compone es mental. Desde la más minúscula bacteria hasta el más complejo sistema planetario, todo absolutamente existe en la mente del TODO.
Así pues la sustancia única sería la mental, esto quiere decir que pensamos a la vez que somos pensados. ¡Qué lío!, ¿verdad?. Este principio puede parecer demasiado complicado, pensar en sus implicaciones realmente da cierto vértigo, pero por otro lado resulta prometedor ya que esto significaría que al ser todo mental, la creación es también mental, por lo tanto el cambio de aquellas condiciones que no nos gusten o convengan, será mental puesto que crearemos mentalmente otras que sustituyan a las originales.
Entraríamos aquí en la definición de la transmutación mental que sería: “El arte de cambiar o transformar las condiciones del universo, trátese de la materia, de la energía o de la mente”. En el fondo, la transmutación mental no sería otra cosa que el verdadero objetivo de los alquimistas. Y esta transmutación consiste en el cambio gradual de aquellas cualidades o condiciones que el ser humano quiere variar, dentro de sí o de otra persona: de negativo a positivo, de odio a amor, de tristeza a alegría, etc.
Muchas corrientes de la llamada Nueva Era, escuelas psicológicas y libros de autoayuda, en el fondo tratan de trabajar este concepto de transmutación mental utilizando una serie de afirmaciones, visualizaciones y diversos ejercicios cuya base se apoya en esta primera Ley Hermética, el problema es que no suelen dar grandes resultados porque en la inmensa mayoría de los casos ignoran las otras Leyes y, como ya iremos viendo, a una Ley no se la puede eliminar, pero si se la puede neutralizar con otra Ley. Esto nos indica que unas Leyes se apoyan y complementan con las otras, por lo tanto se necesita conocer el conjunto para poder aplicar cualquiera de las Leyes. Otra cuestión que interesa conocer es cuál es la sustancia de ese TODO del que estamos hablando; según se nos dice en el Kybalion:
“Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la Realidad Substancial, la Verdad Fundamental”.
Desde el comienzo de nuestra historia como seres pensantes, el ser humano siempre ha reconocido la existencia de ese “algo”, esa “sustancia” que se esconde detrás de todas las cosas. Por más que se ha intentado entender, nombrar, clasificar y emular a esa sustancia que conforma el TODO, no ha sido hasta la fecha de hoy posible, teorías hay muchas, especulaciones para todos los gustos, pero sigue siendo como los hermetistas de todos los tiempos han asegurado: incognoscible. ¿Y qué significa semejante palabra? Pues simplemente que nuestra mente en el nivel actual de evolución en que se encuentra es demasiado limitada y pobre para poder abarcar semejante misterio que; por inmenso y profundo, se nos escapa totalmente.
Muchas corrientes de la llamada Nueva Era, escuelas psicológicas y libros de autoayuda, en el fondo tratan de trabajar este concepto de transmutación mental utilizando una serie de afirmaciones, visualizaciones y diversos ejercicios cuya base se apoya en esta primera Ley Hermética, el problema es que no suelen dar grandes resultados porque en la inmensa mayoría de los casos ignoran las otras Leyes y, como ya iremos viendo, a una Ley no se la puede eliminar, pero si se la puede neutralizar con otra Ley. Esto nos indica que unas Leyes se apoyan y complementan con las otras, por lo tanto se necesita conocer el conjunto para poder aplicar cualquiera de las Leyes. Otra cuestión que interesa conocer es cuál es la sustancia de ese TODO del que estamos hablando; según se nos dice en el Kybalion:
“Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la Realidad Substancial, la Verdad Fundamental”.
Desde el comienzo de nuestra historia como seres pensantes, el ser humano siempre ha reconocido la existencia de ese “algo”, esa “sustancia” que se esconde detrás de todas las cosas. Por más que se ha intentado entender, nombrar, clasificar y emular a esa sustancia que conforma el TODO, no ha sido hasta la fecha de hoy posible, teorías hay muchas, especulaciones para todos los gustos, pero sigue siendo como los hermetistas de todos los tiempos han asegurado: incognoscible. ¿Y qué significa semejante palabra? Pues simplemente que nuestra mente en el nivel actual de evolución en que se encuentra es demasiado limitada y pobre para poder abarcar semejante misterio que; por inmenso y profundo, se nos escapa totalmente.
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