Hace poco tiempo, buscando imágenes de los Arcanos del Tarot por internet, me topé de forma “casual” con la obra de Niki de Saint Phalle. Reconozco que nunca había oído hablar de esta artista y la escultura que apareció ante mis ojos fue precisamente la de la Luna. No se trataba de una obra demasiado sofisticada. En un ambiente exterior, un gigantesco cangrejo se alzaba entre lo que parecían dos perros. Con sus pinzas sujetaba una Luna menguante de labios intensamente rojos.
La Templanza |
La imagen me impresionó tanto que intenté encontrar más información. Lo primero que supe es que era parte de una obra tremendamente ambiciosa: Nada menos que representar los veintidós Arcanos Mayores en un entorno completamente natural. La visión de la artista es tan original que es casi imposible que no llame poderosamente la atención. Las desmesuradas proporciones una parte de las esculturas, chocan con la sencillez casi escueta de otras. Es una clara desproporción que hace más llamativo, si cabe, el Jardín del Tarot.
Pero veamos los orígenes de este monumental grupo escultórico. Catherine Marie-Agnes Fal de Saint Phalle, fue una polifacética artista francesa que nació en Neuilly-sur-Seine (París) en el año 1.930. Siendo muy niña, la familia se instaló en Estados Unidos. Desde muy joven despertó en ella un inmenso interés por distintas expresiones artísticas. Trabajó como modelo, pintó y escribió, pero la mayor parte de sus creaciones se desarrollaron en el campo de la escultura.
Parece ser que fue una visita que Niki de Saint Phalle (nombre artístico que adoptó), hizo a mediados de los cincuenta, al Parque Güell de Barcelona, la que inspiró a la artista su magnífica creación. Según sus propias palabras: “En Gaudí conocí a mi maestro y, al mismo tiempo, mi destino. Mi mente y mi cuerpo se sacudían con escalofríos al contemplar su obra y tuve la certeza que un día yo también crearía algo tan fantástico".
EL Loco |
Se podría decir que el centro neurálgico de la obra es una fuente en cuyo perímetro se sitúan algunas de las figuras, mientras el resto se va diseminando por el jardín. La sencillez del Ermitaño o el Loco, contrastan de forma poderosa con la enorme Templanza o, más aún, la Emperatriz. Esta última es una gigantesca matrona, dentro de la cual, Niki construyó su casa, con todas las comodidades posibles, terraza incluida.
Las obras del Jardín del Tarot se prolongaron durante mucho tiempo, posiblemente más de lo pensado, aunque es lógico si se tiene en cuenta la tamaño y complejidad del proyecto. La inauguración no se produjo hasta el mes de mayo de 1.998, casi veinte años después del comienzo de los trabajos. Sin duda, mereció la pena el tiempo empleado. El Jardín es un centro turístico y su mantenimiento se toma muy en serio, ya que las visitas están muy racionadas y solamente abre sus puertas al público durante los meses de buen tiempo: de abril a octubre.
Afortunadamente Niki pudo completar su obra y disfrutarla durante cuatro años más, hasta su fallecimiento en el año 2.002. Habría sido muy interesante que nos hubiese contado qué sentía viviendo en las entrañas de su Emperatriz, ¡seguro que es una experiencia única!. Niki definió así su obra: «Este rincón del paraíso, dijo, se ha logrado a base de mucho amor, entusiasmo y una loca obsesión. Estaba entregada a él, sentía que mi destino era terminarlo y, a pesar de las enormes dificultades, lo hice».
Figuras en torno a la fuente |
Os invito a que conozcáis algo más de esta maravilla a través de estas dos páginas:
http://www.nikidesaintphalle.com/
Qué maravilla!Vivir en el útero de la Gran Madre!:O
ResponderEliminarGracias Cris por compartir!
besotes!=)
¿Verdad que es una preciosidad? Gracias a tí por seguirme. Besos
ResponderEliminarme encanta!!!!
ResponderEliminarque genial, debe ser espectacular poder visitar ese mágico y energético lugar. Contemplar los detalles, ver los significados físicamente, tanto así que podemos ser parte de cada uno de los arcanos.
Tengo ganas de ir!! >.<
gracias por mostrar que existe un lugar así!
que estés bien!
Hola, Macarena
ResponderEliminarEs un sitio genial, y cómo me habría gustado poder charlar con la artista que creó esta maravilla, que me contara cómo se le fueron ocurriendo las distintas figuras, que sentía viviendo allí... Desde luego tiene que ser toda una experiencia visitar ese jardín.
Besos