Antes de iniciar esta breve exploración por el Mago, me gustaría recordar que existen muchas barajas y que uno de los trabajos más interesantes que se pueden realizar con el Tarot es la búsqueda del mazo, o los mazos, con los que vamos a trabajar. Hay quien utiliza uno para todo, o quien destina uno para las lecturas y otro para la meditación, incluso hay personas que tienen seleccionados unos cuantos para cada fin y, por supuesto, hay quien elige cada día uno distinto dejándose llevar por la intuición. Todas las posibilidades son válidas y correctas. Nadie debería hacer las cosas de una manera determinada porque alguien ha dicho que debe ser así, sino porque siente que quiere hacerlo de esa forma.
El Mago es un Arcano brillante y de enorme potencia. La imagen que transmite, en cualquier versión que podamos encontrar, es de seguridad y solidez. En algunos mazos vemos como su figura de cuerpo entero se asienta firmemente en el suelo. Lejos de la imagen un tanto volátil y cambiante que nos ofrecía el Loco, el Mago parece un ser realista y seguro de sí. Antes de hacer cualquier ejercicio meditativo, sería interesante repasar tanto la simbología como los significados del Mago, para poder situar convenientemente al Arcano.
El Mago es la inteligencia en acción, representa la puesta en marcha de los conocimientos adquiridos. Jamás el Mago emprenderá una acción de forma irresponsable o impulsiva. Él siempre se informa, analiza, sopesa posibilidades y actúa según lo aprendido y el impacto que espera provocar; en resumen, no deja nada al azar. Es la inteligencia dirigida hacia un fin concreto, no hay desgaste innecesario de energías, una vez que se sabe lo que se quiere y cómo se puede conseguir, se inicia el proceso. Evidentemente, el número Uno es el que representa al Mago.
Desde el punto de vista de la Alquimia en relación con el Tarot, muchos ven en esta figura al Alquimista, el realizador de la Gran Obra. La mesa sobre la que trabaja contiene los Cuatro Elementos, con esto se nos dice que todo, absolutamente todo lo existente, puede ser manejado por medio de la maestría que otorga el conocimiento. Realmente, un Mago es aquel que conoce las Leyes Naturales y las aplica; de este modo, lo que para algunos es un milagro, para el Mago no es más que el aprovechamiento del flujo natural de las energías creadoras.
En la fantástica y recomendable obra: “El Arte del Tarot” de la editorial Orbis, se relacionan directamente los Cuatro Elementos sobre la mesa del Mago con las pruebas de los elementos que, aquellos que hayan sido iniciados en determinadas órdenes esotéricas, van a reconocer y entender inmediatamente. Otra asociación muy interesante que se realiza con el Mago es la astrológica, y es con el planeta Mercurio. Recordemos que, en mitología, Mercurio es el equivalente romano del Hermes griego, el Nabu mesopotámico y el Thot egipcio.
Astrológicamente, Mercurio representa la relación mental con el mundo exterior, inteligencia, el conocimiento intelectual, la comunicación en el sentido más extenso de la palabra, la razón, etc. Además, el Mago nos dice que al cultivar nuestra mente, por la meditación y el estudio, desarrollamos nuestras facultades intelectuales de una forma sistemática. Como puede verse, son significados que pueden reconocerse fácilmente en la faceta adivinatoria del Mago.
A niveles más profundos, el trabajo meditativo con el Mago nos ayuda a ser más conscientes de nuestra propia realidad, paso previo imprescindible para tomar consciencia de la realidad que nos rodea. Esa toma de conciencia nos ayuda a tomar la posición de creadores de nuestra propia realidad; el Mago no es un espectador que observa los acontecimientos desde la lejanía, por el contrario, es un actor que va tomando las decisiones adecuadas en función de los conocimientos que posee y a su vez, al ser un sagaz observador, sabe cuál es el momento adecuado para actuar y cuál es el mejor para reposar.
Esas cualidades hacen que, en un sentido más práctico, se pueda utilizar la carta del Mago para desarrollar la atención y la concentración. Pensemos por un momento la cantidad de veces que han pasado ante nuestros ojos oportunidades realmente interesantes para distintos ámbitos de nuestra vida, y las hemos dejado pasar porque ni siquiera nos dimos cuenta de que estaban allí. Si nuestra capacidad de atención hubiese estado más desarrollada, habríamos sido perfectamente conscientes de su existencia. Al estar nuestros sentidos más alerta, tanto los físicos como los otros, seremos más conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor y podremos actuar de forma consecuente.
Por supuesto, estas son unas leves pinceladas, hay mucho más, pero es cuestión de trabajar con la carta para conocer sus muchas otras posibilidades. Sólo apuntaré una idea más ¿qué os parece el Mago como excelente comunicador? ¿qué aplicaciones prácticas podría ofrecernos esa faceta? Hagamos un esfuerzo por pensar las implicaciones del Mago, reflexionemos sobre qué puede ofrecer, teniendo en cuenta su simbolismo y significados, no seamos pasivos, recordemos: “quien busca, halla”.
En líneas generales, el Mago suele asociarse con la letra hebrea Beth, que significa casa. Hay quien lo hace con la letra Aleph, buey.
En Alquimia se relaciona con el Alquimista y representaría el comienzo de la Gran Obra.
En el Árbol de la Vida se sitúa en el sendero comprendido entre Kether y Binah.
La relación astrológica se establece con el planeta Mercurio.
Color: Amarillo.
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