viernes, 17 de junio de 2011

LOS CREYENTES

John Schlesinger, director entre otras películas de “Cowboy de medianoche”, es el culpable de una de mis grandes pesadillas, que tiene como base la escena de Lawrence Olivier ejerciendo de dentista sádico con un joven Dustin Hoffman en “Marathon man”, algo que recuerdo constantemente a Luis, mi dentista, y que a él le parece tremendamente gracioso (¡a mí no!). Pues bien, Schlesinger, se sumó a la moda de las películas de terror de los años ochenta dirigiendo “Los creyentes” (1.987) cuyo argumento tiene como trasfondo la Santería en su vertiente más sombría.



Cal Jamison (Martin Sheen), psiquiatra de la policía de Minneapolis, acaba de perder a su mujer en un desgraciado accidente casero del que fueron testigos tanto él como su único hijo Chris (Harley Cross). Para intentar cambiar de aires y empezar de nuevo, decide trasladarse con Chris a Nueva York. Se instalan en una casa alquilada a Jessica (Helen Shaver), con la que Cal no tarda en entablar una relación. Para encargarse de la limpieza del nuevo hogar, ha contratado a Carmen (Carla Pinza) una mujer sumamente creyente y encargada en cuerpo y alma a dos tareas: que Cal se enamore de Jessica y proteger a Chris de cualquier mal, por medio de inocentes trabajos mágicos.

Al poco tiempo de instalarse, Chris encuentra un objeto extraño en un parque, cerca de lo que parecen ser los restos de un extraño ritual. Por otro lado, un niño aparece asesinado en un improvisado altar. Un agente de origen cubano Tom López (Jimmy Smith), se encuentra en la escena del crimen, su estado es casi delirante, balbucea incoherencias sobre gente que quiere matarle y su teniente Mc Targgert (Robert Loggia) ordena su internamiento hasta que se aclare lo sucedido y sepa con certeza si López tiene algo que ver. El teniente pide a Cal que hable con López para intentar determinar su estado mental, pero éste solo habla de rituales y hechizos de Santería.
Cuando nos sentamos a ver una película, tenemos que pensar primero qué pretendemos obtener de ella; quizás nos apetezca un estudio sesudo y académico sobre un tema determinado, o tal vez busquemos emocionarnos, reírnos, sentir miedo, llorar como magdalenas o simplemente pasar un rato entretenido sin mayores complicaciones. Esta película es perfecta para este último cometido. Sirve para evadirte durante casi dos horas. Nadie se complicó especialmente haciendo una tesis doctoral sobre la Santería. Consta de un ambiente intrigante, correctas interpretaciones y ritmo constante en la acción, lo cual no es poco.

Me gusta especialmente el actor de origen español Martin Sheen (en realidad Ramón Gerardo Antonio Estévez… ¡casi nada!) que desde que se estrenó en el mundo de la interpretación, no ha parado de trabajar, ya sea en cine, televisión o teatro; y por supuesto Robert Loggia, uno de esos secundarios de lujo a los que resulta difícil poner nombre, pero es fácil reconocer su cara en muchas películas. Inolvidable el bailecito que se marca con Tom Hanks en “Big”, para mi lo mejor de esta película.

Y por supuesto está el inquietante Malick Bowens con su también inquietante baile, y su mirada más inquietante aún si cabe; sorprende verle en estado de trance, y más si se le recuerda en películas en las que el registro es completamente distinto, como es el caso de “Memorias de África” o más recientemente en “Lágrimas del sol”.

Puede suceder, al ver esta película que haya personas que, de forma errónea, establezcan una relación entre Santería y Magia Negra, algo que sería bastante lamentable. La Santería es un conjunto de creencias y prácticas de carácter religioso, que surgió de la unión de las creencias africanas y las católicas. Cuando se produjo el tráfico de esclavos procedentes del continente africano para trabajar en las tierras americanas, como es lógico, sus costumbres y creencias viajaron con ellos.

Por supuesto, sus prácticas y figuras religiosas estaban prohibidas en su nueva condición de sometimiento, así que fueron ingeniosamente enmascaradas con las creencias y figuras de la religión de sus superiores, que eran las católicas. De este sincretismo, surgió una religión, la Santería, que conservaba las potencias espirituales africanas, combinadas con las católicas (Santos, Virgenes e incluso Ángeles y Arcángeles), de tal manera que surgió un panteón divino muy singular que a día de hoy goza de un vigor increíble.

Tenemos pues a Changó que es Santa Bárbara o a Yemayá que es la Virgen de la Regla o a Eleguá que es el Santo Niño de Atocha o en ocasiones San Antonio Abad, etc. Hay que decir que este tipo de creencias, según el lugar recibe otros nombres como Candomblé o Lukumi, pero son todas similares. La Santería cree que el cielo y la tierra fueron creados por una entidad superior, Olodumare. Su hijo primogénito, Obatalá es el creador de la vida en la tierra y luego existe todo un panteón de entidades llamadas Orishas, que se subdivide en dos, los superiores y los inferiores, según sus poderes e importancia.

La Santería se basa en la Magia simpática y sobre todo en la fuerte creencia de la interacción entre las entidades superiores y los hombres. Los seguidores de la Santería creen efectivamente en la posibilidad de pedir a los Orishas su intervención en asuntos humanos, el mundo de lo espiritual es tan real para ellos como el material. Así que no se diferencia en absoluto de otras creencias religiosas.
Evidentemente, hay personas que utilizarán estas capacidades con malas intenciones, para dañar, someter o extraer algún beneficio a costa del sufrimiento o la pérdida de otros, y esto es lo que se refleja en la película, pero este tipo de prácticas se circunscribe a un reducido número de personas que utilizan la Santería para sus fines oscuros como podrían utilizar cualquier otro tipo de creencia.

Normalmente la Santería es una religión de carácter positivo y espiritual, como suelen ser todas las religiones, y lo que se suele buscar en ella es la ayuda de los Orishas para fines benéficos: mejorar la salud, protección para los niños, ayuda en el trabajo, etc. En la película este tipo de creyentes y practicantes, que son la inmensa mayoría, se ven representados por Carmen. Es importante hacer hincapié en este asunto, puesto que el cine suele tender a mostrarnos el lado oscuro de la Santería, haciendo que, desde fuera, parezca que se trata de una religión poco menos que satánica en la que se realizan de forma exclusiva prácticas de Magia Negra.

Os animo a disfrutar de la película y si alguien tiene curiosidad por conocer algo más de la Santería, adjunto un enlace a un estupendo blog que explica muy bien cuáles son sus creencias y nos acerca a su panteón divino.

http://www.peliculasyonkis.com/pelicula/los-creyentes-1987/

2 comentarios:

  1. Cris querida,no es justo que me devore cada publicación tuya con gratitud y placer y no dejarte un cariñoso y admirado saludo,vale,que me encanta!es la falta de tiempo,pero este es uno de mis sitios donde me lo paso genial!
    un abrazote ;-)

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  2. Hola,amiga. Ya se que siempre estás "cerquita" y se que si no me dejas comentarios es por falta de tiempo y me complace saber que precisamente esa falta de tiempo es porque estás metida en proyectos que te entusiasman y te hacen feliz, así que me alegro infinito por tí y espero que sigas disfrutando. Seguimos conectadas.

    Besos y espero que sigas tan felizmente ocupada

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