Puede
que sea una de las láminas más simples del Tarot, al menos en apariencia; pero
el Ocho de Bastos nos presenta una imagen visualmente tan impactante que su
significado principal salta a la vista de forma súbita, con solo una ojeada:
Rapidez. Eso es lo que nos está indicando. Son ocho varas que atraviesan el
cielo sin que nada ni nadie entorpezca su camino.
Un
detalle muy interesante es que las varas se desplazan desde el lado izquierdo
hasta el derecho, es decir, desde el pasado hacia el futuro; entonces, lo que
estamos viendo es el presente, el aquí y el ahora, lo que nos están diciendo es
que aquello que hicimos está ahora mismo en movimiento, de forma imparable,
como si se propulsara hacia el mañana. Atrás quedaron las luchas y conflictos
que vimos en el Siete de Bastos, en este instante el camino hacia nuestro
objetivo está despejado.
Además,
si nos fijamos, la trayectoria indica que las varas van hacia abajo, lo que
quiere decir que están en el último tramo del trayecto, en breve van a
“aterrizar”, esto nos da una idea de la inmediatez que representa el Ocho de
Bastos: los acontecimientos se precipitan, son inminentes. Esta es una carta de
aceleración de procesos, por lo tanto, el resto de las cartas que la acompañan
en la tirada, nos dirá en qué ámbito de la vida o asunto concreto se producirá
esa rápida acción y/o resolución.
Las ocho
varas que observamos están salpicadas de hojas, es la naturaleza que sigue su
curso, no es un esfuerzo estéril, sino constructivo y, probablemente, esos
brotes que ahora vemos, crecerán y se fortalecerán. Quiero llamar la atención
sobre un detalle que tal vez ya habréis observado, esta es de las pocas cartas del
Tarot en las que no aparecen figuras humanas, no hace falta puesto que el esfuerzo
ya está hecho y las energías siguen su curso, van como flechas hacia su
objetivo. Son imparables.
No sé
si habéis notado una particularidad de este palo, y es que las cartas de Bastos
muestran escenas que transcurren siempre en el exterior; este hecho refuerza el
simbolismo del palo, el Fuego, tan unido a la Naturaleza. El cielo es
totalmente azul. Se ve tranquilo, no hay nubes, nada altera el recorrido de las
varas. Es un elemento más que hace hincapié en la idea de que no hay
obstáculos, ya sea humanos o imprevistos de naturaleza inesperada, que puedan
desviar o frenar su recorrido. Así que podemos decir que nuestro camino está
despejado.
Las ocho
varas ocupan la mayor parte de la carta. Vemos que el suelo es un paisaje de
campiña verde, salpicado a lo lejos por algunos árboles, un río de aguas muy
azules y calmadas, atraviesa el verdor. Todo es tranquilidad, parece que absolutamente
todo el conjunto pictórico se pone a favor para que las varas vayan a lo suyo.
Apenas se puede apreciar una construcción sobre una pequeña colina; en esta
carta la actividad humana queda lejos, no interfiere. Se dice que este Arcano
es una representación del Karma, lo que ha de pasar, pasará sin que nada ni
nadie pueda evitarlo.
Significados
generales: Puesta en marcha de cosas: trabajo, proyectos... Cambios en marcha
hacia mejor. Acción rápida. Noticias, comunicaciones, llamadas, etc. Camino
despejado para nuestros objetivos. Movimiento, movilidad, acción. Flechazos.
Desplazamientos, traslados, viajes.
Invertida: Retrasos. Gestiones que se dilatan. Obstinación, disputa, conflictos entre aliados, socios o compañeros. Discusiones de compañeros, pareja, padres-hijos, etc. Celos. Acción alocada. Viajes cancelados. Pereza. Huelga. Inacción.
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