Ya iba siendo hora de hacer la reseña de uno
de los libros de Tarot más utilizados y apreciados por buena parte de los
amantes de este Arte. “Los setenta y ocho grados de sabiduría del Tarot” es una
ambiciosa obra de la autora estadounidense Rachel Pollack (1.945), dividida en
dos tomos, el primero fue publicado el año 1.980 y se centra especialmente en
el estudio de los Arcanos Mayores, la segunda en 1.983 y repasa los Arcanos
Menores, además de contener un interesante apartado de lecturas y
recomendaciones práctica. Aquí, en España, fueron los dos volúmenes publicados
por la editorial Urano, desconozco si existe alguna traducción anterior. La de
Urano es la que yo conozco.
Desconozco casi todo de la autora, lo que se
puede leer en su biografía en Wikipedia y poca cosa más. Sorprende ver que es una mujer
muy prolífica a la vez que variada en cuestiones temáticas, desde luego, su
bibliografía sobre Tarot es bastante extensa. Yo solo tengo dos de sus libros,
“Los setenta y ocho grados de sabiduría del Tarot” y “Tarot. Laberinto abierto”
(un interesante manual muy práctico de uso del Tarot).
El primer volumen de esta obra se centra en
especial en los Arcanos Mayores. Comienza con una breve pero jugosa
introducción. Lo primero es un repaso, muy somero, por los orígenes del Tarot.
A mucha gente le cansa que la mayoría de los libros que hablan de Tarot,
arranquen con el habitual apartado dedicado a sus posibles orígenes. Pero a mí
me parece que es necesario e inevitable. Hay que tener en cuenta que cuando se
habla de cualquier materia, lo lógico es ponerla en contexto, explicar lo que
es el Tarot (o lo que se cree que es el Tarot) sin hacer una mención a su
posible origen es demasiado vago e impreciso.
Además, aunque las personas que llevan
muchos años de estudio y trabajo con el Tarot, suelen, o mejor dicho, solemos,
acumular muchos libros sobre este bello arte, por lo que puede parecernos un
tanto reiterativo el capítulo de los orígenes, otras muchas personas hacen ese
primer acercamiento al Tarot a través de ese libro en concreto, por lo que es
una información que les resulta muy interesante para entender el mundo en el que
se está introduciendo. Pensemos, por tanto, que estos libros se escriben para
mucha gente, no para un pequeño grupo “de élite”.
Siguiendo con la introducción de este libro,
Pollack nos explica por qué utiliza en concreto la baraja de Rider – Waite – Colman
para basar sus explicaciones, aunque no descarta hacer referencia a otros mazos,
porque considera que todas las versiones aportan gran riqueza al estudio del
Tarot. Y esta postura me gusta, pues sintonizo por completo con ella, no se
trata de posicionarse a favor o en contra de una u otra baraja, como es el caso
del eterno y artificial enfrentamiento entre Rider y Marsella. El Tarot se va
alimentando con cada nueva aportación, constituyendo un ente vivo y que se va
actualizando a cada momento; puede que haya revisiones más interesantes como
también las habrá más pobres (hay gustos para todo el mundo), pero está bien
reconocer el valor de estas puestas al día constantes del Tarot. Os comparto
este breve extracto, en el que la autora nos lo explica de forma muy clara:
“La mayor parte de los libros sobre el Tarot
usan solamente un mazo para las ilustraciones; se trata de una autolimitación
derivada quizá del deseo de representar el “verdadero” Tarot. Al escoger un
mazo en vez de otro, en realidad estamos declarando que uno de ellos es
correcto y el otro falso. Tal declaración es muy importante para aquellos
autores, como Aleister Crowley o Paul Foster Case, que consideran que el Tarot
es un sistema simbólico de conocimiento objetivo. Sin embargo, este libro ve en
las cartas, más bien, un arquetipo de la experiencia, y a partir de esta visión
ningún mazo es correcto ni falso, sino simplemente un complemento adicional del
arquetipo. El Tarot es a la vez el total de todas las versiones diferentes a lo
largo de los años, y una entidad aparte de cualquiera de ellas. En los casos en
que una versión distinta de la de Waite permita profundizar en el significado
de una carta específica, tendremos en cuenta ambas imágenes. En algunos casos
–el Juicio, por ejemplo, o la Luna-, las diferencias son sutiles; en otros,
como los Enamorados o el Loco, la diferencia es tajante. Al considerar varias
versiones de la misma experiencia intensificamos la percepción que de ella
tenemos”.
Tras la introducción interesante y necesaria,
hay un apartado titulado “La pauta de cuatro cartas” que me parece vital para
entender cómo enfoca la autora el verdadero sentido de los Arcanos Mayores. Es
imprescindible leerlo y merece la pena una reflexión para poner en contexto la
posterior explicación de los veintidós Arcanos. No voy a desgranar el
contenido, sería tema para una entrada del blog completa, pero sí puedo
adelantar que las cuatro cartas a las que hace referencia son: el Loco, el
Mago, la Papisa y el Mundo. Rachel Pollack parte de un premisa: la disgregación
psicológica del ser humano; el Tarot sería una de las muchas disciplinas o
herramientas de las que nos podemos valer para conseguir la unificación
psicológica que nos completaría como seres humanos. Leamos un párrafo que nos
explica de forma impecable esta función del Tarot:
Rachel Pollack |
“Las disciplinas que llamamos “ciencias
ocultas” se inician con una profunda conciencia de todas estas dualidades y
limitaciones. De allí pasan, sin embargo, a otra idea, la de que existe una
clave o un plan que nos permitirá llegar a la unión de todo, unificar nuestra
vida con nuestras esperanzas, y a la vez liberar la fuerza y la sabiduría
latentes dentro de nosotros. La gente confunde con frecuencia los propósitos de
las disciplinas espirituales. Muchos piensan que el Tarot es para decir la
buenaventura, que los alquimistas quieren enriquecerse convirtiendo el plomo en
oro, que para hacer sus conjuros los cabalistas pronuncian palabras secretas, y
otras cosas semejantes. En realidad, estas disciplinas apuntan a la unificación
psicológica. El “metal bajo” que el alquimista desea transformar en oro no es
otro que él mismo. Al aceptar la doctrina de que hemos caído de un estado
perfecto a otro limitado, el ocultista no cree que debamos simplemente esperar
en forma pasiva una redención futura, operada en nosotros por un agente
externo. Por el contrario, considera que es responsabilidad nuestra alcanzar
esa redención, y que para ello hemos de encontrar la clave de la unidad.
El Tarot representa una versión de esa “clave”.
No es la clave, de la misma manera que no es realmente una doctrina secreta. Representa
un proceso, y una de las cosas que nos enseña es que cometemos un error cuando
suponemos que la unificación adviene por mediación de alguna clave o fórmula
sencilla. Nos llega, más bien, mediante un proceso de crecimiento e incremento
de la conciencia, a medida que recorremos paso a paso las veintiuna etapas de
los Arcanos Mayores”.
Después de este análisis con las cuatro
cartas, comienza la radiografía de los Arcanos Mayores. Rachel Pollack los
agrupa en tres líneas de siete cartas cada una, ordenadas numéricamente,
constituyendo la carta del Loco una unidad por sí misma y, por lo tanto, no
entra en ninguna de las tres categorías. Estas son:
Primera línea: Los Arcanos del I al VII. Es la
línea de la conciencia, las preocupaciones exteriores más materiales que se
derivan de la vida en sociedad.
Segunda línea: Los Arcanos del VIII al XIV. Se
refiere a la subconsciencia, es la búsqueda interior que debemos realizar si queremos
descubrir quiénes somos.
Tercera línea: Los Arcanos del XV al XXI. Es
la superconsciencia, se trata del desarrollo de la conciencia espiritual y la
liberación de la energía arquetípica.
En cada una de las cartas, encontramos una
breve descripción del simbolismo pictórico, con interesantes asociaciones con
asuntos de la vida cotidiana tanto a nivel más mundano como psicológico, como
no podría ser de otro modo, también aprenderemos sus significados de carácter
predictivo. Además, las cartas se analizan tanto derechas como invertidas.
En resumen, es un libro interesante, uno de
mis favoritos sobre el Tarot. Como ya he dicho en diversas ocasiones, este
libro, como cualquier otro, debemos tomarlo como una herramienta que alimenta
nuestro aprendizaje; pero no representa la verdad absoluta del Tarot, es el
fruto de las investigaciones, estudios y experiencias de su autora, que
generosamente comparte con cualquiera que quiera sumergirse en sus páginas.
Pero cada persona ha de encontrar su propia verdad del Tarot y este proceso es
un camino de por vida.
En una próxima entrega, revisaré la segunda
parte de esta gran obra.
muchas gracias por la informacion desconocia cierta informacion
ResponderEliminarHola, Tarot del amor. Me alegra saberlo. Es un libro muy recomendable que aconsejo sin reservas
EliminarSaludos
hola,no conecto con esta autora.estoy leyendo justamente este libro.siento cierto resentimiento de ella hacia el catolicismo y religiones monoteistas q no me agrada,y yo no soy catolica,pero no me gusta q pierda tanto el tiempo tirando para alla las cosas en vez de centrarse en el arcano.entiendo q muchas de las ilustraciones tienen simbolos catolicos o cristianos pq pamela colman lo era,solo digo q es mucho el tiempo q gasta en centrarse en eso y de manera un poco negativa,nada mas.se q es como LA maestra de tarot,pero yo no conecto con su vision.me quedo eso si con algunas cosas por supuesto.
ResponderEliminarel libro de los mayores q tengo es la primera revision,medio mal traducida al parecer pq algunas partes no se entienden mucho,y los significados invertidos los pasa muy por encima.esto es asi en las revisiones siguientes o da un poco mas de info sobre las invertidas?
Hola, JC. Si me permites de voy a dar mi opinión sobre lo que comentas, pero es solo una opinión. Nadie tiene la maestría sobre el Tarot, probablemente solo la tenían quien o quienes crearon este arte. Rachel Pollack es una más de las muchas personas que estudian el Tarot y en sus libros comparten su visión, que no es ni mejor ni peor, simplemente es su visión. Si que es verdad que, por los motivos que sean, los libros de Rachel Pollack durante años han tenido mucha repercusión, quizás por la sencillez de su lenguaje, por un marketing certero... por lo que sea. Pero no es más que una persona compartiendo su forma de entender el Tarot. Tal vez no conectes con ella, no pasa nada, hay muchos libros sobre Tarot, si sientes que lo que ella te cuenta no te convence o no te gusta, déjalo, investiga en otras fuentes.
EliminarEl tema de tu resentimiento hacia el catolicismo es ya una cuestión personal tuya, no pasa nada, hay otros libros que tienen enfoques muy distintos. Una parte del trabajo con de Tarot consiste en investigar entre diversas fuentes, desechar lo que no nos parece oportuno y quedarnos con lo que nos aporta información que sentimos útil. Te animo a que busques otras vías, hay cientos, miles diría yo. Aquí, en la sección de fuentes y biografías, he reseñado unas cuantas obras de distinta autoría que te pueden interesar, y hay muchas más, hoy en día con internet lo tenemos mucho más fácil que hace unos años.
En cuanto a lo que comentas de las cartas invertidas, Rachel Pollack, como pasa con bastantes tarotistas, no les da tanta importancia, incluso hay quien no las utiliza nunca. Como te comentaba anteriormente, cada persona tiene su criterio personal a la hora de trabajar con el Tarot, ninguno es mejor ni peor, son solo formas de ver y entender la misma cosa.
Recibe un saludo