Con esta carta completamos el ciclo, ese recorrido a través del Tarot que simboliza el viaje del Loco, tiene esta culminación que, en el fondo no es más que un final como paso previo a un nuevo comienzo, ya que el ciclo es infinito.
De nuevo nos encontramos con las cuatro figuras que aparecen en la Rueda de la Fortuna, el Tetramorfos del profeta Ezequiel, y que simbolizan los cuatro elementos, aunque en esta ocasión sólo vamos a ver sus cabezas y no sus cuerpos alados, aunque intuimos que siguen ahí; no está de más refrescar la memoria:
Un hombre, que representa el Ángel, en la esquina superior izquierda, es el signo de Acuario y por lo tanto el Aire. Un Águila en la esquina superior derecha es Escorpio, el elemento Agua. Un Buey, en la esquina inferior izquierda es el signo de Tauro, por lo tanto elemento Tierra y por último un León, en la esquina inferior derecha que es Leo, Fuego.