Llegamos a la última carta de Corte del palo de Copas: el Rey. Representa la madurez y la sabiduría y experiencia propias de esta figura. Sentado sobre un trono flotando a la deriva, encontramos al Rey de Copas, ricamente ataviado y con la mirada perdida en algún punto lejano. Sus manos sostienen una copa y un cetro. Al fondo vemos, en un lado un pez que parece saltar entre las olas, en el otro, un barco con las velas desplegadas.
El agua representa el mundo de las emociones y los sentimientos, pero también el fluir de la vida. No es lo mismo ver unas aguas mansas que fluyen por su cauce de forma calmada, que las aguas revueltas, formando altas olas o remolinos. En el caso concreto del Rey de Copas, vemos un mar inquieto en el que se aprecia un cierto oleaje, y esto es porque se trata de un personaje que vive intensamente las emociones, de ahí, su capacidad de empatizar, de comprender, de solidarizarse con los otros, este detalle lo vemos en los trazos amarillos que se entremezclan en el azul del agua marina, recordemos que el amarillo es el color de los procesos mentales, el elemento aire. El azul le sirve para sentir lo que siente el otro y el amarillo para analizar y extraer un consejo de su experiencia y conocimiento.