Según se va conociendo la historia del Tarot, se puede comprobar que en algunas épocas se convirtió en una verdadera moda, y es que hubo un tiempo en el que el Tarot arrasaba y era casi un detalle de buen gusto tener un juego en casa, a ser posible hecho de encargo. En Florencia se realizó esta versión que constaba nada más y nada menos que de 97 cartas. Este juego data de finales del Siglo XV aunque no se conoce con exactitud la fecha.
Realmente resulta sorprendente el aumento en el número de cartas, si tenemos en cuenta que las que conocemos actualmente son 78. El cambio está en los Arcanos Mayores que se aumentaron hasta 41 cartas, con algunos pequeños cambios en los Arcanos conocidos por nosotros: En primer lugar hay un reajuste en la numeración.
Si bien el Loco sigue siendo el número cero o, para ser más exacta, carece de número, y en el uno tenemos al Mago, a partir de ahí la Papisa, la Emperatriz y el Emperador son sustituidos por el Gran Duque, el Emperador de Occidente y el Emperador de Oriente respectivamente. Después vemos como la carta del Papa actual pasa a ser la del Enamorado con el número 5 y así las cartas que siguen van con un número de adelanto: y se dan cambios en el orden que hoy se utiliza: por ejemplo la Templanza es la 6 y el Ermitaño es cambiado por el Tiempo ocupando el número 11.
Pero estos no son todos los cambios, también vemos como se incluyen entre la Torre y la Estrella que pasa a ocupar el número 36, las tres virtudes teologales más la prudencia, los cuatro elementos y los doce signos zodiacales. Como curiosidad decir que en la última posición aparece el Juicio adelantando así la carta del Mundo su posición.
En cuanto a los Arcanos Menores, estos siguen siendo los cuatro palos que ya conocemos y numerados del uno al diez más las habituales cartas de corte, aunque es muy llamativo ver como los Caballos pasan a ser figuras mitad hombre mitad bestia. Me llamó la atención el hecho de que las Sotas sean representadas por mujeres cuando se trata de los palos femeninos: Oros y Copas y hombres en los palos masculinos: Espadas y Bastos.
Otro ejemplo de su tremenda originalidad es que en el palo de oros las caras que aparecen en las monedas son todas diferentes, incluso en el Nueve de Oros encontramos dibujados pájaros en vez de rostros humanos. El motivo de esto lo desconozco, aunque me lleva a hacerme la siguiente pregunta ¿Se inspiró Waite en este detalle para incluir el ave que aparece en su versión del Nueve de Oros?
La autoría de estas cartas es desconocida, pero lo que sí se puede asegurar es que tuvieron una enorme difusión y diversas versiones de estas cartas estuvieron circulando por Europa hasta bien entrado el siglo XIX. Después entraron en franca decadencia aunque según parece, se siguieron haciendo versiones Minchiate hasta mediados del siglo XX.
Os remito a una fantástica página para que veáis las imágenes de una de las muchas versiones que circulan de estas cartas:
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