RITUAL DE LIMPIEZA CON VELAS BLANCA Y NEGRA

Siempre insisto en la importancia de hacer cada cierto tiempo una limpieza personal, con el objeto de desprenderse de energías negativas y purificarse, tanto a nivel espiritual como mental. Del mismo modo pienso, que también es conveniente hacer una limpieza espiritual en nuestra casa, local, despacho, tienda, etc. Muchas veces estos lugares, están cargados de energías molestas, que pueden provenir de la negatividad que impregnan las personas que habitan o trabajan en ellos o bien puede residir temporalmente algún ente nada beneficioso.

Imaginemos, por ejemplo lo que sucede en una tienda. Además de las personas que trabajan en ella durante varias horas, a diario están constantemente entrando y saliendo los clientes que portan sus cargas energéticas particulares y que van impregnando el lugar con ellas. Pensemos ahora en una casa en la que durante años conviven una serie de personas que tienen sus problemas, sus alegrías, sus intercambios de energías, a los que hay que sumar los que aportan familiares, amigos y vecinos que por ahí pasan.

Existen una infinidad de rituales para limpiar cualquier tipo de recinto de las sobrecargas energéticas; los hay más simples y más complicados, todo va en función del gusto personal del oficiante y también de la densidad energética a limpiar. De los muchos rituales existentes, hay uno que me gusta especialmente por su sencillez y es aquel que utiliza una vela blanca y otra negra. Las variantes son múltiples, yo voy a explicar la más sencilla y elemental.

El material a utilizar es muy sencillo: una vela blanca, una vela negra, sal gorda, incienso y un frasco de aceite de esencias, estos tres últimos elementos son completamente optativos. El ritual comenzará como es habitual: lo primero será procurar que nadie nos interrumpa durante el mismo, preparar un ambiente acogedor y adecuado. Por supuesto, tendremos dispuesto el material a utilizar. Siempre es positivo prepararse mental y físicamente para cualquier tipo de trabajo mágico con un baño purificador y unos minutos de recogimiento, para reflexionar sobre el ritual que vamos a llevar a cabo y los efectos mágicos que queremos conseguir con él.

Nos encomendaremos a nuestros guías o seres espirituales de preferencia, pidiendo protección y auxilio para el ritual que vamos a realizar. Después procederemos a trazar un círculo con la sal mientras decretamos en voz alta o mentalmente que lo que se encuentre dentro del círculo estará protegido de cualquier influencia negativa. Después podemos encender una varilla de incienso a la que daremos un carácter purificador. Si hemos optado por utilizar algún tipo de aceite para “vestir” o ungir las velas, procederemos a hacerlo untando el dedo índice y trazando cuatro líneas (los cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales) en cada una de las velas, comenzando siempre por la blanca. Las velas habitualmente se visten empezando en el pie o base y acabando en el cabo, es decir, desde abajo hacia arriba.

Según vamos vistiendo las velas podemos pronunciar alguna frase en la que anunciamos nuestra intención de potenciar la eficacia de cada una de ellas; el aceite actúa como un potenciador, es una ayuda extra, el grueso del trabajo, por decirlo de algún modo, lo realiza la vela, no el aceite. Una vez vestidas las velas, las colocaremos en sus correspondientes soportes, dentro del círculo de sal, una junto a otra. En primer lugar encenderemos con una cerilla la vela blanca, al hacerlo diremos una sencilla oración en la que pediremos que el lugar en el que nos encontramos sea purificado, que se extienda en él la armonía y la concordia. Después encenderemos la vela negra, decretando que esta absorberá todas las energías negativas que saturan el lugar, sea cual sea su origen o procedencia.

Mientras las velas arden, podemos elevar una plegaria para que el lugar sea purificado y mentalmente visualizaremos la casa o local, limpio ya y armonizado, nos veremos realizando nuestras actividades cotidianas en un ambiente libre de negatividad, positivo y en el que las energías fluyen puras sin obstáculos ni malas vibraciones. Procuremos mantener estas imágenes mentales sintiéndolas como una realidad ya cumplida. Después procedamos a agradecer la consecución de nuestros deseos. Recuerdo que siempre es importante agradecer al hacer el ritual, pues es un poderoso mensaje que enviamos al Universo al dar por sentado que se cumplirá nuestra solicitud.

Después dejaremos que las velas ardan hasta consumirse. En todos los rituales es importante no apagar las velas, debemos dejar que se apaguen ellas solas al agotarse, sólo cuando no quede más remedio, por alguna urgencia, se apagaran antes de tiempo. Cuando se hayan consumido, retiraremos los restos y nos desharemos de ellos. Si se da el caso que tengamos que apagarlas antes de tiempo por una causa perentoria, debemos volver a encenderlas en cuanto que podamos, para retomar el trabajo y dejar que finalice.

Como puede verse es un ritual muy fácil de realizar. Quisiera hacer unas consideraciones, adelantándome, en la medida de lo posible, a algunas dudas que puedan surgir. Del material que he enumerado, realmente lo imprescindible son las dos velas. La sal la incluyo porque me parece un elemento protector de primer orden, al tratarse de un trabajo para borrar negatividades creo que es interesante proteger los materiales que utilizamos para realizar la limpieza.

En cuanto al incienso, siempre me gusta introducirlo en los rituales que hago porque representan el elemento Aire, es decir, afectan a la esfera mental y los trabajos mágicos tienen una carga mental decisiva, además a mí personalmente me ayudan a relajarme y a enfocar la atención. Hay personas que sienten desagrado por el incienso, así que es mejor que no lo utilicen. No he mencionado un tipo de incienso determinado porque me parece que se trata de algo muy personal, es bueno tener de varios tipos y alternar según el momento y el gusto individual.

Otro tanto se puede decir de los aceites esenciales. Hay de mil aromas distintos, es cuestión de elegir aquellos que nos evocan determinados estados mentales y espirituales. Como dije anteriormente, son solamente potenciadores, su uso por tanto, no es imprescindible, a mí me gusta utilizarlos y tengo mi asociación personal de aromas a los distintos tipos de trabajos, me parece muy positivo que cada uno establezca sus propias relaciones.



Elementos que se pueden utilizar

Yo nunca utilizo una vela negra si no es en compañía de otra blanca que haga contrapeso, salvo en casos muy puntuales y específicos que tal vez algún día comente. Siempre que utilizo estos dos colores enciendo primero la vela blanca porque me da la sensación de seguridad, de que cuando encienda la negra nada negativo podrá colarse porque la vela blanca ya está protegiendo el lugar y el trabajo, también el círculo de sal añade un plus de protección. Por supuesto esta es una apreciación personal, basada y fundada exclusivamente en mis experiencias y creencias.

Por último, es importante determinar en qué lugar de la casa o el local se realizará el ritual. Lo normal es el lugar más utilizado, es decir, en una casa la estancia en la que se haga más vida común, en un local el lugar de más tránsito, no un despacho o almacén que se usa sólo de forma puntual. Si se trata de una casa o local que están cerrados desde hace tiempo, se puede optar por hacer el ritual en la zona central, o bien en aquel lugar que nos produzca mayor sensación de desagrado. En casos especiales en los que la carga negativa sea muy fuerte y poderosa, se podría realizar el mismo ritual en cada una de las estancias. Pero es raro que esto último sea necesario, tendría que tratarse de un sitio muy cargado, por lo que habría que realizar trabajos más elaborados y potentes.

Una cuestión que ya me han preguntado en varias ocasiones es qué hacer cuando las personas con las que convivimos o trabajamos no admiten de modo alguno que se realice dicho ritual. En esos casos se puede realizar el ritual en un lugar discreto, y mentalmente transmitir su fuerza al lugar que queremos limpiar. Pero repito, esto es para casos en los que no se puede realizar un ritual mágico, por ejemplo, una persona que trabaja en una empresa con varios empleados, es muy difícil que obtenga el permiso para realizar este tipo de trabajos, es lógico. Así que esta persona lo puede realizar en su casa y trasladarlo mentalmente a su lugar de trabajo. Evidentemente los resultados no pueden ser los mismos que cuando se realiza el ritual in situ, a no ser que la persona tenga un poder mental impresionante, y si esto es así, el ritual sobraría. Más adelante dedicaré algunas entradas a trabajos mágicos de limpieza que se pueden realizar sin que las personas que hay alrededor se enteren y que creo que son más adecuados para situaciones como la descrita. Lo propio de este ritual es hacerlo en el sitio que queremos limpiar.

Antes de terminar, me gustaría aclarar algo que puede asustar un poco la primera vez que se realiza este tipo de trabajos. Las velas negras, por los tintes utilizados, siempre arden a mayor velocidad que las blancas, así que no hay que preocuparse si vemos que la vela negra se consume mucho antes que la blanca, es normal y tiene una explicación perfectamente lógica, lo contrario si que resultaría un tanto preocupante. Os animo a realizar este ritual con toda confianza, es sencillo, inocuo y eficaz. Se puede recrear del modo que se desee, eso sí, respetando los principios básicos.