En vista de la tendencia ocultista que tomó el Tarot a finales del siglo XIX, se podría pensar que solamente se editaron barajas de tales características, pero no fue así. Se siguieron publicando barajas que continuaban la línea más tradicional, aunque con el toque particular que cada autor imprimía en su obra.
Este es el caso de la baraja que quiero comentar hoy. Giovanni Vacchetta (1.863 – 1.940), era un artista italiano, que simultaneó su trabajo como profesor universitario con sus labores de ilustrador y acuarelista. En 1.893 publicó su propio juego de Tarot que se conoce como I Naibi di Giovanni Vacchetta o también Tarot del Maestro.
Observando con detenimiento las imágenes que ilustran este Tarot, se ve que Vacchetta siguió la línea de las barajas italianas, desde luego la influencia ocultista, bien sea por desinterés, bien por desconocimiento, no aparece en esta obra. Pero lo que hace interesante a este autor es su visión tan original y personalísima de cada uno de los Arcanos. Nada mejor que hacer un repaso de las cartas para ir viendo estos detalles.
Vacchetta editó un mazo de Tarot sin colorear, dato que me parece curioso, teniendo en cuenta que era un experto acuarelista, pero sería en una de las posteriores ediciones cuando las cartas adquirieron color y también se agregó en uno de los laterales de cada carta, una leyenda con la palabra que mejor describe las características del Arcano, en varios idiomas. Empezamos el recorrido por los Arcanos Mayores, concretamente con la carta del Loco, que aparece sin numeración. Aquí ya tenemos materia para comentario. Podemos ver que el Loco camina apoyándose en una gruesa vara, mientras que el hatillo cuelga de su antebrazo, y todo esto ante la atenta mirada de un leopardo que camina frente a él.
El Mago ha cambiado sus herramientas de trabajo habituales por unos cubiletes de trilero, aunque conserva su varita, es decir, pasa a ser Prestidigitador en vez de Mago; llaman la atención especialmente los adornos de la mesa de trabajo. Continuamos con la Papisa, cuya coronada cabeza, aparece flanqueada por dos angelotes y mostrando el contenido del libro. Especialmente llamativo me resulta el sospechoso abultamiento de su abdomen.
Pasamos a la Emperatriz, una imagen que está situada en una línea más tradicional aunque hay que resaltar la ausencia del escudo, en esta ocasión lleva cetro y orbe. También el Emperador porta cetro y orbe, el águila que suele adornar en otros mazos su escudo, esta vez aparece de fondo y da la sensación que ambos se mimetizan en el perfil, es un Emperador francamente mal encarado. Interesante el detalle de los pies ¿verdad?
Pasamos al Papa que nos sorprende en varios aspectos. Para empezar resulta llamativa la única columna (sería prima hermana de la columna de Trajano en Roma), la ausencia de los acólitos también lo es y más aún la forma que tiene de sujetar firmemente las llaves. La carta de los Enamorados en esta ocasión recibe el titulo de Amor con un subtítulo curioso: Dolce Travaglio, que podríamos traducir algo así como Dulce esfuerzo. En ella aparece Cupido con una pareja de palomas.
El Carro es sorprendente, vemos que el auriga está tranquilamente sentado con un cetro en la mano izquierda, (impagable el detalle del ombligo) y llama poderosamente la atención que ningún animal tira, o parece que tira, del carro. La Justicia es bastante tradicional, aunque vemos que ya han desaparecido las alas que portaban sus predecesoras.
La figura del Ermitaño resulta adorable. En la puerta de una humilde cabaña con techo de paja, nos encontramos a un anciano sentado tranquilamente, con un bastón a mano y un candil a sus pies, tiene un libro abierto sobre sus rodillas aunque su mirada se pierde en un horizonte que no podemos ver. Y llegamos a una carta que yo denominaría “Snuff Tarot”, es la Rueda de la Fortuna. Vemos a la Fortuna, muy contenta, desnuda y con barriguita, derramando sus bienes, sentada en la parte superior de una inmensa rueda alada que se posa sobre… ¡el torso de una mujer!
La Fuerza es una mujer, apoyada en una estilizada columna, que parece dominar al león por medio de sugestión hipnótica. La figura del Colgado pende de una vara que parece atravesar un arco, quizás de una catedral o un palacio. La Muerte impresiona muy poco, más aún después de haber visto la Rueda de la Fortuna, y si nos fijamos en el sombrerito con el que adorna su cabeza, ya podemos hasta sonreír; resulta muy interesante ver su cosecha, sólo se nos muestran los implementos característicos de sus víctimas, no sus miembros cercenados por la guadaña; podemos encontrar coronas, armas, una tiara, un compás, etc.
La Templanza nos muestra a una mujer vertiendo el contenido de una jarra en otra, es la imagen habitual, pero el detalle curioso es el inmenso tamaño de los recipientes. El Diablo es fascinante. Dentro de una enorme boca infernal, podemos ver a un diablillo con serios problemas de desnutrición que enfrenta su cara con el remate de su propia cola, que es una especie de serpiente, por su expresión lo mismo podría estar gritando por el susto que increpando enfurecido a su oponente. La Torre es más clásica, golpeada por el rayo y con figuras que han caído de ella.
La Estrella nos muestra una jovencita bastante ligera de ropa (al amigo Vacchetta le gustaban los desnudos) vertiendo el contenido de dos jarras, esta vez de un tamaño normal. Sobre su cabeza podemos apreciar ocho estrellas. La Luna nos muestra a una joven de perfil clásico, con el pecho descubierto y paseando un perro que parece ser un galgo, en su mano derecha sostiene un arco. A la altura de su mirada aparece un cangrejo flotante. La carta del Sol está protagonizada por un Apolo, cuyo estilismo es sorprendente, tocando un violín, en vez del arpa que se suele asociar con el personaje.
El Juicio es una versión muy elaborada de la iconografía habitual, el Ángel tocando la trompeta y los resucitados alzándose de sus féretros por su llamada. El Mundo es una versión muy personal del diseño habitual, es curiosa la variada composición de la guirnalda y de nuevo la figura central aparece desnuda y se puede observar que el señor Vacchetta tiene también una cierta fijación con las barriguitas femeninas.
En líneas generales, los Arcanos Menores son recreaciones muy detallistas e imaginativas de las cartas habituales. Constan de las diez cartas numerales habituales, del As al Diez y las cuatro cartas de la Corte con Paje, Caballo, Reina y Rey en cada uno de los cuatro palos habituales. Merece la pena dedicar un poco de tiempo a visitar cada una de las cartas puesto que son tremendamente originales, desde la Reina de Bastos acompañada de una ovejita al sorprendente Siete de Copas que hemos visto en la imagen, todas tienen un algo especial. Espero que os gusten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te informo que los datos personales que proporcionas al rellenar este formulario tienen como única finalidad gestionar los comentarios, por lo que no son recogidos ni guardados en ningún fichero.
Más información en la página de Aviso legal y Política de privacidad.