En el año
2004, Zack Snyder dirigió el “remake” de una de las películas de la exitosa
saga zombi de George A. Romero “El amanecer de los muertos”. No se complicó
demasiado la existencia y utilizó el mismo título y base argumental, que se
podría resumir en: Invasión zombi, grupo de supervivientes que se atrinchera en
un centro comercial para sobrevivir, la fortaleza se desmorona y los supervivientes
deben huir para buscar un nuevo refugio seguro. El argumento es similar, pero
el desarrollo es bastante distinto.
Dentro de mi
pasión cinéfila por el cine de terror, creo que el género zombi es uno de mis
favoritos y, sin dudarlo, si me preguntan cuál es mi película preferida dentro
de este género, la respuesta es “El amanecer de los muertos” de 2004. Para mi
no es una película de zombies, es “la película” de zombies. Las habrá mejores,
más entretenidas, con mejores efectos especiales y maquillajes, argumentos más
sólidos, mejores diálogos… vale, lo admito, pero para mi tiene el cóctel
perfecto de historia, personajes, acción, vísceras y humor.
Ana (Sarah
Polley), trabaja como enfermera en un hospital de Milwaukee. Acaba de terminar
un turno especialmente largo y regresa a su casa, en un tranquilo y acomodado
barrio residencial. Por la mañana, Ana y su marido Louis (Justin Louis) son
atacados por una niña del vecindario en su propio dormitorio. Louis es mordido
por la niña ante la incredulidad de Ana, que logra a duras penas, echarla y
encerrarse en el dormitorio. Pero el mordisco ha sido mortal y Louis fallece
desangrándose. Sin embargo, pocos segundos después revive e intenta atacar a Ana,
que huye de la casa por una ventana y logra escapar en coche.
Conduciendo
sin saber muy bien que rumbo tomar, Ana es testigo de cómo la gente se ha
vuelto agresiva y se atacan entre sí sin control. Tras un accidente, se
encuentra con un policía, Kenneth, (Ving Rhames) y con un grupo de gente que
trata de refugiarse en un centro comercial. El grupo está liderado por Michael
(Jake Weber) un vendedor de electrodomésticos, André (Mekhi Phifer) un
raterillo de poca monta y su pareja Luda (Inna Korobkina) que se encuentra en
un avanzado estado de gestación.
Una vez logran
entrar en el centro comercial, se encuentran con un nuevo problema, tres
guardias de seguridad se han atrincherado en él y no les van a poner las cosas
fáciles. Liderados por el más mayor C.J. (Michael Kelly), Bart (Michael Barry)
y el novato Terry (Kevin Zegers), les permiten quedarse a cambio de que entreguen
sus armas y son encerrados en una tienda de muebles. Pero la llegada de un
nuevo grupo de supervivientes hará que cambien las tornas y serán dos de los
guardias de seguridad los encerrados, mientras el resto del grupo intenta
adquirir una normalidad que no durará demasiado.
Hasta aquí el
resumen, no quiero descubrir más de la cuenta. Y ahora la crítica, como es mi
estilo, absolutamente subjetiva y parcial.
Si bien la
película es claramente deudora de la homónima de George A. Romero, es solo en
la base argumental, porque cada una deriva por distintos derroteros. En la
versión 2004, los zombies han evolucionado mucho. Son del prototipo rápido y
ágil, y no del lento y torpe. Por supuesto, en pleno siglo XXI, tanto los
efectos especiales como las caracterizaciones han evolucionado mucho desde el
año 1.978, y esto hace que los zombies sean más terroríficos y te los puedes
tomar en serio.
Además, el
mayor número de personajes, hace que se puedan entrelazar distintas historias
paralelas dentro de la historia común, algo que se agradece porque la película
se hace más entretenida y variada.
Cuando veo una
película, o serie, una de las principales razones que me hace decidir si me
gusta o no es el carácter de los personajes. Necesito que haya variedad de
personalidades que me lleven a ponerme del lado de unos, aborrecer a otros, dar
rienda suelta a mis fobias y filias, en fin, que durante el tiempo que dure la
película me tengo que creer a los personajes, si me resultan indiferentes o
poco creíbles, entonces ya sé que no la voy a soportar. Y ese es uno de los
puntos fuertes que encuentro en “El amanecer de los muertos”.
Al haber tanta
variedad, tengo dónde elegir y mis simpatías y antipatías están muy claras casi
desde el principio. Por ejemplo, no soporto a la protagonista principal, Ana,
me resulta ciertamente antipática, en cuanto a la parejita joven me hace desear
por momentos que los zombies logren entrar y los fulminen ipso facto, algo
similar me sucede con la pareja de André y Luda.
En cambio,
Michael me parece adorable, me recuerda mucho al papel que protagonizó en la
serie Medium (y al que, por cierto, dieron un final lamentable). No se puede
ser más bueno sin caer en lo repelente. Y, por supuesto, mi personaje favorito
con diferencia es el de C.J., el guardia de seguridad que sufre una
transmutación de carácter tan sorprendente como inverosímil, de villano a
héroe. Y luego hay otros como el policía Kenneth, interpretado por Ving Rhames,
que va camino de convertirse en un especialista en películas zombies, o el
cobarde, caradura y divertidísimo Steve (Ty Burrell), o Norma (Jayne Eastwood)
que tiene un papel breve, pero resulta encantadora.
Y mención
aparte merece Andy (Bruce Bohne), que es el dueño de una armería cercana al
centro comercial y con el que los supervivientes establecen una relación de
azotea a azotea por medio de pizarras y prismáticos. Por cierto, si alguien
adquiere el DVD de la película, en los extras se incluye un cortometraje, de
unos 15 minutos, en el que nos explican la historia de lo que sucede con Andy.
Otra de las
cualidades reseñables que encuentro en esta película, es la banda sonora, en
ella destacan un puñado de canciones que van perfectas para las escenas que
acompañan, especialmente “The man comes around” de Johnny Cash, en los títulos
iniciales.
Y por último,
las apariciones breves, pero que sirven de homenaje a la película original de
Romero, con algunos de sus participantes. Por un lado podemos ver una fugaz y divertida
intervención de Tom Savini, el “culpable” de las infumables caracterizaciones
de los zombis del 78, como el sheriff del reportaje de televisión que ven los
protagonistas al llegar al centro comercial.
Después,
también a través de la televisión, a uno de los protagonistas de la película
del 78, Scott Reiniger, como un militar de alto rango dando instrucciones a la
población. Y ya, como colofón, la interpretación de un rapado Ken Foree (el
otro protagonista masculino) como apocalíptico pastor televisivo que sermonea a
la audiencia sobre la perversión del mundo actual como causa de la tremenda
plaga, evocando el lema de la película original:
“…¿Cómo creeis
que os juzgará vuestro Dios? Bien, amigos, ahora lo sabemos, cuando ya no quede sitio en el infierno,
los muertos caminarán por la tierra”
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