Son muchos los ocultistas que han visto en el Tarot un fantástico
vehículo para compartir, por medio de la simbología y los arquetipos, los
conocimientos adquiridos a través de sus estudios y vivencias. Si ya hemos
visto como A.E. Waite o Paul Foster Case plasmaron en sus propios mazos de
Tarot un verdadero compendio de sabiduría según ellos la entendían, hoy quiero
daros a conocer otra baraja que nació de este deseo de compartir e ilustrar a
otras personas en el arte ocultista por medio del Tarot.
El ocultista canadiense Manly Palmer Hall (1.901-1.990),
materializó en 1.929 su versión particular del Tarot. Para ello contó con la
colaboración entusiasta del pintor e ilustrador estadounidense John Augustus
Knapp (1.853-1.938). No voy a ahondar en sus biografías, puesto que son tan interesantes
y fructíferas que dan como mínimo para un artículo para cada uno, que seguro
más adelante les dedicaré. Pero sí debo recalcar, para que se pueda entender
mejor la simbología de las ilustraciones, que ambos eran ocultistas.
Hall era un estudioso de esoterismo, masón de grado 33,
autor de varias obras imprescindibles en el ocultismo del siglo XX como “Las
claves perdidas de la Francmasonería” o “Principios fundamentales de la
práctica del ocultismo” y además el fundador de la Philosophical Research Society,
con sede en Los Ángeles y aún en funcionamiento a día de hoy.
En cuanto a Knapp, aunque no me consta su pertenencia a
ninguna escuela esotérica concreta, si era claramente un estudioso y conocedor
del ocultismo, por lo que se desprende de sus obras, quizás la más importante
es el maravilloso trabajo de ilustración de una de las principales obras de
Hall: “Las Enseñanzas Secretas de Todas las Edades: Un Esquema Enciclopédico de
Filosofía Simbólica de la Masonería, Hermetismo, Qabbalistica y Rosacruz”
(1.928).
Y, tras este breve prolegómeno, llega el momento de
sumergirse en esta bella baraja, en la que yo encuentro reminiscencias tanto en
la baraja de Rider-Waite-Colman, como en la de Oswald Wirth y, sin duda alguna,
en la de Paul Foster Case (B.O.T.A.). Empecemos con los Arcanos Mayores, en los
que destacan dos detalles interesantes: uno es la relación de cada carta con
una letra hebrea, el otro la inclusión de un escudo en cada uno de los Arcanos
cargado de simbología, cuyo objetivo es realizar sobre ellos un trabajo de
meditación.
En primer lugar encontramos un Loco sorprendente puesto que
aparecen en esta carta dos animales: un perro y un cocodrilo. El Mago en su
mano izquierda sostiene un caduceo, si prestamos atención a la mesa, veremos
algún cambio entre los elementos que se despliegan sobre ella, cuando hable de
los Arcanos Menores ya te diré cuál es, si es que aún no lo has visto. La
Papisa también sorprende, por ese velo que tapa sus ojos y el suelo ajedrezado evocando
el de las logias masónicas ¿Y qué opinas sobre las llaves que, generalmente
suelen aparecer en el Arcano del Papa? ¿O el par de búhos sobre su trono? La
Emperatriz aparece acompañada por un águila y, de nuevo un cruce de símbolos
entre cartas, puesto que bajo su pie encontramos la media luna que suele estar
bajo el pie de la Papisa.
La carta del Emperador me parece una clara heredera de la de
B.O.T.A., excepto por el fondo, tanto la postura de la figura, como la piedra
cúbica (aunque sustituye el carnero por el águila del Marsella), y el cetro y
el orbe con la cruz en sus manos, recuerdan claramente a la versión de Foster
Case.
La carta del Papa es para mí una de las más llamativas,
primero por la austeridad del recinto y de las dos figuras arrodilladas, pero
lo que realmente me intriga es la figura del Papa puesto que a mí el rostro me
parece femenino ¿qué opinas tú? La carta de los Enamorados es de tradición
Marsella, aunque una versión un tanto libre, la figura masculina se debate
entre una figura absolutamente angélica, alas incluidas, y una figura un tanto
descocada y sensual. El Carro en cambio es absolutamente Rider-Waite-Colman.
Vemos a la Justicia con su espada y balanza convencionales,
pero se incluye un detalle curioso, en la parte inferior de su trono vemos a un
león y a una esfinge. Y en la parte superior dos lámparas encendidas. El
Ermitaño es más clásico, aunque quiero llamar la atención sobre la pequeña
serpiente ante él, da la sensación de que estuviera precediendo su marcha. Por
su parte, la Rueda de la Fortuna tiene algunos detalles interesantes: Tanto la
figura ascendente como la descendente portan herramientas, vemos subiendo a un
perro y descendiendo un buey. Y la parte inferior podría pensarse que la Rueda
flota en el agua en una especie de pequeña barquita.
La Fuerza entra dentro de los parámetros clásicos, pero no
perdamos de vista los huesos del suelo ¿quizá son restos de una víctima del
león? Y clásico también es el Colgado, una carta en la que no se introducen
mayores novedades. La carta de la Muerte es estremecedora, está más en la
tradición de Marsella, el esqueleto con la guadaña y los restos humanos
esparcidos por el suelo, pero, a pesar de su sobriedad, un fondo oscuro y
neutro, sin adornos, ni elementos ornamentales, el conjunto impresiona, quizás
precisamente por eso, porque nada distrae la mirada de esa inquietante
calavera.
La Templanza es también una versión clásica, un Ángel o
Arcángel, en este caso con un vestido blanco, vertiendo agua de un ánfora a
otra, el escenario es más de la tradición de Marsella y Oswald Wirth. Y de
estas dos fuentes también bebe la carta del Diablo, especialmente en la
cornamenta de Cernunnos y claramente se inspira en el de Wirth en los
adminículos que porta en ambas manos y en el símbolo de Mercurio en sus
genitales. La Torre, con sus detalles particulares, entra dentro de lo habitual
en este Arcano. La Estrella igualmente es bastante clásica, el detalle de la
mariposa en lugar del ibi es de Wirth. La Luna entra dentro de los patrones
tradicionales.
En cuanto al Sol, es también la versión más clásica, con un
niño y una niña, casi adolescentes, diría yo, de pie dentro de un círculo y
tras ellos el habitual muro de piedra, pero sin girasoles. El Juicio es una
carta muy chocante, por las figuras que emergen del ataúd, rodeado de flores,
están absolutamente vestidas, algo que no es demasiado corriente en el Tarot. Y
por último, en la carta del Mundo me llama mucho la atención la atribución de
los elementos que se hace a cada una de las cuatro figuras, que es bastante
distinta de la que yo conozco, de hecho, la única que coincide es la de la copa
con el águila. Pero esto no es significativo para mí, puesto que cada persona
hace la atribución que cree que es más oportuna, no hay una verdad única.
Y un detalle curiosísimo con referencia a esta carta, la
numeración de los Arcanos Mayores empieza en 0 con el Loco y sigue el orden
habitual, pero la carta del Mundo posee doble numeración, así pues es la 21 y
22.
Los Arcanos Menores nos proporcionan una sorpresa. Los palos
son casi los habituales, Oros, Copas, Espadas y… Cetros. Como lo estás leyendo,
los Bastos o Varas, pasan aquí a ser Cetros. Este es el detalle que insinué al
hablar de la carta del Mago y que aparece también en la del Mundo.
Al igual que en los Arcanos Mayores, en los Menores
encontramos el escudo con los símbolos para meditar: en los Oros dentro de un
cubo, en las Copas en un óvalo, en las Espadas sin bordes y en los Cetros en un
triangulo.
En los Arcanos Menores no hay grandes sorpresas en lo
referente a las cartas numerales, del 1 al 10 son simplemente los elementos
según su número, como en una baraja de tipo Marsella. Lo identificativo de esta
baraja está en las cartas de la Corte.
Empezando con las Sotas, sorprendentemente, nos encontramos
a las de Oros, Copas y Espadas con cadenas, en el primer caso está en una
prisión con los pies encadenados, en el segundo aparece al aire libre, junto a
un árbol quebrado y con las muñecas encadenadas, por último, la de Espadas está
cerca de una fortificación portando una gran espada y también lleva sus muñecas
encadenadas. La Sota de Cetros es un poco más amable, puesto que está libre de
cadenas plantando lo que parece un retoño de árbol.
Uno de los detalles que más fascinan de la baraja Knapp –
Hall es el tema de los Caballos, o mejor dicho, los Caballeros. Nos encontramos
que tanto el de Copas como el de Oros se nos muestran a pie, sin caballo, algo
bastante insólito. En cambio, las Reinas son más convencionales, quizás, por
destacar algo, me parece curiosa la copa con llamas que porta la Reina de
Copas, algo que también podemos ver en la carta del Rey de Copas; en cuanto a
los Reyes, tampoco hay grandes variaciones.
Podéis apreciar la baraja completa en esta página que es un
auténtico descubrimiento, ya que nos permite ver todas las cartas de bastantes
barajas, algo que no siempre es fácil. La única pega que veo al visionar el
Tarot Knapp-Hall es que aparece solo el dibujo, no el pie de la carta que en
este caso es muy interesante porque ahí se aprecian las atribuciones de letras
hebreas a cada carta.
En esta página sí se pueden apreciar las letras, aunque por
desgracia solo veremos algunos de los Arcanos Mayores, ninguno de los Menores.
Para quien tenga interés en el tema, las letras van atribuidas por orden
empezando por el Mago que es Aleph, Papisa Beth, etc. La última letra, Shin se
atribuye al Loco.
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