domingo, 10 de junio de 2018

DIEZ DE ESPADAS

Y llegamos a una carta que se podría definir irónicamente como “La alegría de la huerta”. La imagen es sombría, inquietante. Pero no nos alarmemos antes de tiempo, las cosas nunca son radicalmente blancas o negras, como todo en esta vida, el Tarot tiene un amplio abanico de gamas de colores con sus respectivos tonos, y muchas veces, ante cartas como esta, debemos respirar hondo, y penetrar en lo más profundo de los matices que nos presenta su simbología. A pesar de que al Diez de Espadas se le conoce con el nombre cabalístico de “El señor de la ruina”, no todo en él es tan malo. Lo iremos viendo al analizar la carta.

Lo primero que atrae la atención es el cuerpo de un hombre yaciendo boca abajo sobre la arena de una playa, o tal vez la orilla de un lago o un río. A lo largo de su espalda, siguiendo la línea de la columna vertebral, salvo una que parece alojada en su oreja izquierda, están clavadas 10 espadas de considerables dimensiones. Probablemente esté muerto, quién no lo estaría si se convierte en una especie de alfiletero humano, pero fijémonos en los detalles. Lo que más llama la atención es la ausencia de sangre, se supone que con tanta espada incrustada, la sangre debería manar a borbotones, pero no es el caso. Entonces, la primera cuestión que nos podemos plantear es ¿está muerto o no?


Con su proverbial optimismo y visión positiva de las cosas, Rachel Pollack nos ofrece una visión alternativa y muy sugerente: “Para matar a alguien no se necesita más que una espada. Las diez espadas en el cuerpo del hombre, incluida la que tiene en el oído, hacen pensar en la histeria, en la actitud adolescente de “nadie ha sufrido jamás tanto como yo”, “mi vida está acabada”, y cosas semejantes” (R. Pollack “Los 78 grados de sabiduría del tarot” Ed. Urano).

De hecho, la idea de muerte aparente, más que real, puede reflejarse en ese manto rojo, un color que representa vitalidad y energía, que parece entrar en contradicción con la supuesta muerte del personaje. Recordemos, una vez más, que nos encontramos en el palo de las Espadas, la esfera mental. ¿Y si esas espadas no fueran más que los pensamientos que te atormentan hasta que te sientes morir? Porque, insistiendo en la ausencia de sangre, parece que hablamos más de una muerte de carácter espiritual o emocional que física.

Bajo la oscuridad del cielo, vemos como empieza a amanecer, el cielo amarillo que refleja la luz del sol emergiendo, nos anuncia un nuevo día, que probablemente disipará los negros nubarrones. Es el renacer, tras una muerte simbólica como ya vimos en su momento en el Arcano XIII, La Muerte. El momento más oscuro es el que precede al amanecer. Y tampoco está de más recordar que el número 10 representa un fin de ciclo, por lo tanto, no es descabellado pensar que esta carta lo que nos dice es que algo se ha terminado, por más que queramos negarlo y nos aferremos a ello, por lo tanto ese dolor puede venir de la resistencia a abandonar lo que ya no tiene razón de ser, ya estemos hablando de una forma de pensar o de vivir, una relación, un proyecto, una amistad, un trabajo, etc.

Junto al cuerpo yacente, las aguas están tranquilas. El agua simboliza el mundo emocional y también el fluir de la vida. Cuando ya se ha tocado fondo, no queda más que remontar, las aguas se calman tras la tempestad, pero no dejan de fluir, la vida siempre está en movimiento y lo que parece un final, no es más que el comienzo de algo nuevo. Nunca dejaré de insistir en lo importante que es entender que nada muere totalmente, simplemente las cosas se acaban para dar paso a lo nuevo.
Al fondo se ven unas montañas, probablemente permanecían cubiertas por las nubes negras que, con el amanecer se van levantando. Son los nuevos retos, los nuevos objetivos que aparecen en el horizonte.

Del mismo modo que me gusta desmitificar y desdramatizar los aspectos más negativos, también procuro no caer en la versión naif del Tarot según la cual el mundo está lleno de arcoíris resplandecientes y unicornios voladores. En esta vida hay personas y circunstancias luminosas, pero también negativas y dolorosas, e ignorar esto último me parece un error. Por eso, reconozco que esta es una de las cartas más desagradables del Tarot, pero también está en la persona intentar superar esas malas corrientes, mantenerse fuerte cuando las cosas vienen mal dadas y fortalecerse ante la adversidad, pues todo pasa, incluso lo peor y la Ley del Péndulo no deja de actuar… Ya llegarán los tiempos más propicios.

Significados generales: Pena, pesimismo, autocompasión. Mala fortuna. Celos. Sensación de soledad, de abandono. Carta de tristeza, incluso de depresión y paranoia. Ruina. Enemigos. Asaltos, robos. Pérdida de dinero. Mudanzas, divorcio, pérdida de empleo. Cambios radicales en el ámbito de la vida por el que se pregunta. Luto. Muerte (según el contexto de la tirada y acompañada de cartas tales como la Muerte o el Nueve de Espadas).

Invertida: Sentirse traicionado. Decepción que nos provoca alguien cercano. Cambio extremo y violento. Violencia contra el consultante. Naufragio. Como en la carta derecha, según las cartas cercanas, puede representar la muerte física.
Cuando está acompañada de cartas positivas, esta carta suaviza mucho sus significados, en ese caso puede decirnos que lo peor ya ha pasado, éxito temporal. Empezar a remontar tras una crisis.

Quiero hace una última aclaración. En su libro “Las claves de las cartas del Tarot” Arthur E. Waite, dota de unos significados bastante más positivos que yo a esta carta cuando aparece invertida, yo me baso en mi experiencia cuando apunto los significados básicos de cada carta, y he ido viendo con el tiempo, que esta carta rara vez anuncia algo bueno, tanto derecha como invertida, cuando aparece en una tirada. Aún así, quiero transcribir la descripción y los significados del Diez de Espadas que escribió Waite para que cada cual se quede con lo que prefiera y decida por su propio análisis y estudio:

“Una figura postrada, atravesada por todas las espadas que pertenecen a la carta.
Significados adivinatorios; todo lo que insinúe el diseño; también dolor, aflicción, lágrimas, tristeza, desolación. No es específicamente una carta de muerte violenta.
Invertida: ventaja, provecho, éxito, favor, pero ninguno permanente; también poder y autoridad".

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