He aquí sin duda, la carta más temida de todas las que componen el Tarot, y el caso es que provoca terror por el simple hecho de que no ha sido nunca bien entendida. La imagen es muy distinta según la baraja utilizada, en la mayor parte de los mazos conocidos, como es el caso del Tarot de Marsella veremos la imagen del esqueleto segador, sin embargo, la versión de Rider-Waite, que es la que yo utilizo, introduce muchos cambios.
Sobre un imponente caballo blanco cabalga un esqueleto embutido en una armadura negra. Es una carta repleta de figuras, cada una con una posición distinta, pues distinta es su función. Entre dos torres que se alzan en la lejanía, y que volveremos a ver en la carta de la Luna, asoma un brillante sol, pero no nos confundamos, el sol no se está poniendo en el horizonte simbolizando el ocaso de la vida, por el contrario, el sol comienza a elevarse anunciando un nuevo día, un nuevo comienzo… Esta es una carta de Transformación, de Muerte sí, pero del Nacimiento que sobreviene tras la Muerte, no es final sino comienzo.