Si el Ocho de Oros mostraba el trabajo, el Nueve de Oros representaba el disfrute de la ganancia que produce el trabajo, ahora llega el estado de plenitud con el Diez de Oros. Haciendo una comparación con el recorrido de la vida humana, sería la etapa correspondiente a la vejez, cuando ya sólo queda deleitarse con todos los frutos conseguidos después de mucho trabajo y grandes sufrimientos. Es el momento de apartarse a un lado y contemplar lo que se ha legado al mundo.
Esta idea está recogida perfectamente en la iconografía de esta carta. En primer término llama la atención la disposición de los pentáculos, forman el diagrama del Árbol de la Vida, cada uno de ellos es una de las diez Sephirot que componen la figura. Nos dice que se ha conseguido la realización plena en el mundo material. Y esta consecución la refleja el personaje principal de esta carta que, aunque parece que está escondido, en el fondo lo que hace es apartarse para observar con mejor perspectiva.