Hagamos un pequeño alto en los ejercicios de meditación con los Arcanos, para analizar un tema que, tomado en serio, puede resultar sumamente esclarecedor. A medida que vamos conociendo los distintos Arcanos Mayores, con frecuencia empiezan a surgir fobias y también filias hacia una o más cartas. No me refiero a aquellas cartas que nos gustan o disgustan por su significado. El Sol tiene unos significados, por lo general, estupendos, en cambio la Torre no suele traer buenos augurios.
Así que, hasta cierto punto, es normal que cuando nos aparece el Sol en una tirada, sintamos una absoluta alegría y en cambio, se nos tuerce el gesto si quien nos sale es la Torre. Yo me refiero a algo más profundo y complejo; imaginemos, por ejemplo, que el Sol me desagrada profundamente, sus significados son muy positivos, pero no soporto esa carta. Hay cartas, que independientemente de su significado, nos resultan desagradables, no lo podemos evitar, puede que en una tirada sean muy positivas, pero sentimos un rechazo instintivo que no somos capaces de explicarnos… o tal vez sí.