Sin duda es un elemento imprescindible para cualquier persona que realice con cierta regularidad trabajos mágicos. Se trata de un objeto de precio muy asequible, nada difícil de encontrar y de una potencia tremenda, además de ser un multifunciones de primer orden, tiene la ventaja de no desprender olores que puedan resultar desagradables, no mancha, se limpia fácilmente… ¿se puede pedir algo más?
Se usa sobre todo para limpieza y protección. Puede utilizarse tanto sal de roca como sal marina, ambas son benéficas puesto que, se dice, la primera atrae las bendiciones de los elementales de la tierra y la segunda las de los del mar. En la antigüedad era un bien preciado y, en muchas ocasiones, se utilizaba como moneda de cambio cuando se comerciaba mediante el trueque. Por eso tenía un valor añadido que hacía de la sal un elemento mágico casi reverenciado.