Retomemos los ejercicios con los Arcanos. Aunque es importante conocer las posibles causas de la mala o nula comunicación con ellos, también es bueno practicar distintos métodos de acercamiento. Somos distintos, no hay dos personas exactamente iguales y lo que vale para unas personas, para otras no. Por ejemplo, hay personas que sienten una afinidad especial por los ejercicios de meditación pasiva, es decir, meditaciones en las que ellos no participan activamente, simplemente se dejan llevar y se crean una situación especial de expectación para recibir mensajes, sensaciones, etc.
En cambio, otras personas prefieren las meditaciones más activas, se sienten mejor actuando en el ejercicio, necesitan hacer cosas y, en cierto modo, ser quien dirige el ejercicio y ser ellos mismos quienes busquen las respuestas, convirtiéndose así en actores, en contraposición con la posición de receptores de la versión más pasiva. Son conceptos muy válidos ambos, ninguno de ellos es mejor que el otro, son simplemente vías distintas para un mismo fin.