Jean Dodal era un editor de naipes de Lyon. Su baraja, que se cree que puede estar situada a principios del siglo XVIII, es otra de las consideradas como precursora del Tarot de Marsella. Un dato que a mi me parece muy llamativo es que se conoce el hecho de que Dodal exportaba sus cartas.
Lo cuál habla de la difusión del Tarot fuera de las fronteras francesas. En la fantástica colección de Orbis “El Arte del Tarot”, se nos dice que Dodal incluye en el pie de algunas cartas, como es el caso de la Fuerza, el Mundo, la Sota de Bastos y los cuatro Caballos, la inscripción: f.p.le*trenge, cuya traducción es “hecho para el extranjero”.
Este interesante dato nos dice que no solo se usaban estas cartas en Francia, sino que también se imprimían para comercializarlas fuera de sus fronteras, lo que podría explicar el hecho de ese segundo resurgimiento del Tarot en Italia y otros lugares, vía Francia.
Pero centrémonos en la baraja de Dodal. Para empezar vamos a encontrarnos con 22 Arcanos Mayores y los 56 Arcanos Menores. Desde luego la baraja de Dodal, para mi gusto, es un poco infantil en sus dibujos, no hay más que ver las expresiones de los rostros de los personajes, la cara de la muchacha que aparece en la Estrella nos puede dejar sin aliento, y no precisamente por la armonía de sus facciones. Pero si nos logramos sustraer a ese detalle meramente estético, no podemos negar que las figuras que vemos en este Tarot si que se pueden reconocer como Marsellas.
Aunque no esté bien hacerlo, no puedo evitar hacer comparaciones entre estas cartas y las de Noblet, sin duda este último se esmeró más en el trazo, mientras que Dodal, quizás intencionadamente, se empeñó más en el conjunto que en el detalle.
Merece la pena hacer un recorrido por las cartas para sacar conclusiones. Yo anoto algunas de las cosas que me han llamado la atención, pero por supuesto hay muchas más que una atenta observación os hará ver. Por ejemplo en la Carta de los Enamorados nos encontramos con un Cupido muy especial, llama la atención tanto el hecho de llevar los ojos vendados como la postura del cuerpo.
Pero centrémonos en la baraja de Dodal. Para empezar vamos a encontrarnos con 22 Arcanos Mayores y los 56 Arcanos Menores. Desde luego la baraja de Dodal, para mi gusto, es un poco infantil en sus dibujos, no hay más que ver las expresiones de los rostros de los personajes, la cara de la muchacha que aparece en la Estrella nos puede dejar sin aliento, y no precisamente por la armonía de sus facciones. Pero si nos logramos sustraer a ese detalle meramente estético, no podemos negar que las figuras que vemos en este Tarot si que se pueden reconocer como Marsellas.
Aunque no esté bien hacerlo, no puedo evitar hacer comparaciones entre estas cartas y las de Noblet, sin duda este último se esmeró más en el trazo, mientras que Dodal, quizás intencionadamente, se empeñó más en el conjunto que en el detalle.
Merece la pena hacer un recorrido por las cartas para sacar conclusiones. Yo anoto algunas de las cosas que me han llamado la atención, pero por supuesto hay muchas más que una atenta observación os hará ver. Por ejemplo en la Carta de los Enamorados nos encontramos con un Cupido muy especial, llama la atención tanto el hecho de llevar los ojos vendados como la postura del cuerpo.
Otra figura que llama enormemente la atención es, de nuevo, el Colgado. La imagen nos remite a otras ya vistas, como es el caso de la baraja de Viéville, ¿recordáis aquellas cosas que aparecían por detrás de sus hombros? Pues mirad la imagen de este Colgado. ¿Qué más os llama la atención? ¿La numeración quizás?
La Templanza aparece con los pechos descubiertos, ¿podríamos hallar una analogía con los cántaros? Y mención aparte merece la figura del Diablo. Si bien nos la encontramos con la postura ya clásica del Tarot de Marsella, con las dos figuras encadenadas incluidas, todavía guarda vestigios de anteriores barajas en las que el Diablo estaba dotado de varias caras en su cuerpo. Es una especie de transición entre una versión y la otra.
Antes hice referencia, aunque solo de pasada, a la carta de la Estrella. Es gracias a Jean-Claude Flornoy que me hizo reparar en un detalle que anteriormente me había pasado desapercibido, y es el hecho de que la muchacha de la Estrella ostenta un evidente embarazo.
Cuando se habla de estas cartas, curiosamente siempre se hace mención al envés y es que, parece ser que el diseño original era como el que podemos ver en la imagen, si tratamos de buscar un sentido al dibujo, tal vez habría que remitirse a la “pata de oca” de los Templarios, o tal vez al la runa Algiz.
En estas páginas podéis ver algunas de las cartas de esta baraja:
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