Hoy os propongo una película de fantasmas psicópatas, bastante entretenida y sin grandes complicaciones, del tipo usar y tirar. El tema central es muy sugerente: la posibilidad de hacer caer sobre nuestras cabezas una maldición por un acto irresponsable y, todo hay que decirlo, un tanto irreverente.
“Los profanadores de tumbas” (The gravedancers) es una película de terror independiente estrenada en 2.006 y dirigida por Mike Méndez, el de “El convento del diablo”, que algún día comentaré.
Harris (Dominic Purcell), Kira (Josie Maran) y Sid (Marcus Thomas), junto con Devin, formaban en sus tiempos universitarios un grupo de amigos inseparable. Pero la vida separó sus caminos y durante años no han sabido nada los unos de los otros. Ahora los tres primeros han vuelto a reunirse para asistir al funeral de Devin. Ellos no saben que su muerte no ha sido accidental, ni mucho menos un suicidio; algo invisible la golpeó brutalmente para después ahorcarla en su propia casa.
Sid no ha asistido al entierro y logra convencer a Harris y Kira para ir por la noche al cementerio y dar un último adiós, a su manera, a Devin. La despedida consiste en champán y baile. Junto a una tumba, Sid encuentra un sobre negro, dentro hay una tarjeta que anima a quien la lea a divertirse y a bailar sobre las tumbas. Y exactamente eso es lo que hacen. A partir de ese día, en la casa de Harris empiezan a suceder cosas extrañas, puertas que se abren solas, objetos que caen sin explicación, ruidos… fenómenos molestos que, en especial, sufre su esposa Allison (Clare Kramer) a los que hay que añadir las constantes llamadas telefónicas de Kira con la que nunca puede hablar.
Pronto descubrirán que son víctimas de una maldición que tiene su origen en el baile de despedida de Devin en el cementerio y es que el sobre negro contenía una maldición que ha despertado a tres fantasmas muy peligrosos. Con la ayuda de dos investigadores de lo paranormal, intentarán acabar con la pesadilla.
Como dije al principio, esta es una película de usar y tirar. Podría resumirse como un cóctel de fantasmas psicópatas de boca descomunal, tipo Jocker, y un grupo de víctimas a cuál más idiotizada, un guión más bien ramplón, alguna que otra incoherencia y unos efectos especiales bastante de andar por casa. Pero no podemos perder la perspectiva, se trata de una película de muy bajo presupuesto, es independiente, así que tiene un mérito supremo y resulta tan entretenida que no permite echar una cabezadita de vez en cuando, pues pasan constantemente cosas. Y esto es algo que yo valoro especialmente, pues prefiero la acción a los diálogos interminables y las escenas fijas.
De hecho, por lo que sé, las críticas fueron bastante favorables. Así que podemos apuntar un tanto más a su favor. Los actores no me resultan conocidos. Al protagonista, Dominic Purcell le seguí durante unos cuatro o cinco capítulos en la serie Joh Doe, no pude ir más allá, aún para mi capacidad casi ilimitada de tragarme casi cualquier cosa, fue demasiado. Si bien la idea era interesante, el desarrollo era absolutamente plúmbeo y la interpretación un tanto plana, su cara era igual al reír, al llorar o al pisarle un callo. Y no debí ser la única que pensó igual, puesto que la serie sólo duró una temporada. Creo que ahora aparece en la serie Prision Break, pero no la he visto nunca. De los otros actores, salvo Josie Maran que me suena de “Van Helsing”, no puedo decir gran cosa, no reconozco a ninguno más, ni por la cara ni por los nombres.
En cuanto al tema central de la película, me parece muy interesante. Por un lado está la posibilidad de que existan las maldiciones, por otro la profanación en el cementerio. Y de esto último me gustaría hablar. En realidad no se trata de la idea que solemos asociar a la palabra profanación, es decir, romper lápidas, abrir las tumbas (bueno esto último se ve en la película pero forma parte del desarrollo de la historia), algo satánico y siniestro, es más bien la falta de respeto a los muertos, y esto puede generar un interesante debate.
Bien mirado, para aquellos que creemos que hay una vida después de la muerte, no tendría demasiado sentido lo que hay en un cementerio puesto que ya no quedaría nada del individuo en sí, sólo los restos de la envoltura carnal. Por lo tanto, no importaría bailar o celebrar una fiesta sobre una serie de carcasas vacías, puesto que lo importante, el ser inmortal, estaría ya a mucha distancia, haciendo cosas bastante más interesantes que yacer en un ataúd o en una urna.
Hace ya bastante tiempo, una persona me dio sobre el tema una perspectiva muy interesante. Ella, que creía por completo en la inmortalidad de las almas, pensaba que uno de los principales motivos por los que había que ser sumamente respetuosos en los cementerios era la posibilidad de que muchas almas aún estuviesen cerca de sus antiguos cuerpos mortales. Está muy extendida la creencia de que muchos seres, una vez que han desencarnado, se sienten incapaces de aceptar su nuevo estado, por lo que se aferran a su última existencia terrenal; esto les llevaría a estar cerca de la que fue su casa, de sus seres queridos y de su cuerpo físico. Por lo que el cementerio podría estar ocupado por espíritus que aún no están preparados para partir.
Si esto es así ¿os imagináis el horror con el que contemplarían, sin posibilidad de evitarlo, la profanación de sus tumbas? Es una cuestión que merece ser tenida en cuenta ¿no?
Y antes de terminar, querría hacer un aviso de carácter más bien técnico pero que considero muy importante. En las páginas de descargas de películas cada vez aparece con más frecuencia un anuncio, o varios, en el que se nos dice de una manera muy llamativa que el sistema ha detectado que tenemos que actualizar la versión de Flash Player, Acrobat o algún programa similar y te ofrecen un botón para descargar la actualización de manera gratuita: Por favor ¡no se os ocurra pinchar en ese aviso! ¡Es una manera bastante sibilina de colarnos cualquier tipo de virus en el ordenador! Si queréis descargar cualquier programa, mejor visitad la página oficial del mismo o en su defecto alguna página de descargas mínimamente seria tipo Softronic pero nunca en los anuncios.
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