Es importante no confundirse con el pintor irlandés del mismo nombre ni con el genial Roger Bacon, del que hablaré en su día. Sir Francis Bacon nació en Londres el 22 de enero de 1.561. Era hijo de Sir Nicolas Bacon, quien, parece ser, pertenecía a la familia de los Bascoin de Molay, descendientes del legendario último Gran Maestre Templario, Jacques de Molay, y de lady Ann Cook, ambos aristócratas. Durante su infancia y juventud, estuvo muy unido a su hermano mayor, Anthony, con el que compartió estudios y andanzas diversas.
Juntos estudiaron derecho en Cambridge y en 1.576 fueron enviados a Francia, donde ocuparon varios cargos en la embajada inglesa en dicho país. Pero en 1.579 tuvieron que volver a Inglaterra por el fallecimiento de su padre. A partir de ahí, los caminos de los dos hermanos se separaron.
De regreso a su país de origen, Francis comenzó a ejercer como abogado, al mismo tiempo que se introdujo de lleno en la política, ingresando en 1.584 en la Cámara de los Comunes. Su ascenso en ese ámbito fue imparable. Fue consejero de la reina hasta su fallecimiento, cargo que siguió ostentando al servicio de su sucesor, Jacobo I. En el año 1.603 fue nombrado Caballero, en 1.604 Abogado de la Corona, en 1.607 Procurador General, en 1.613 Fiscal General, en 1.617 Guardián General del Gran Sello Real (cargo que había ocupado su padre años atrás), en 1.618 Lord Canciller y recibió el título de Barón de Verulam y en 1.621 Vizconde de San Albans.
Como puede imaginarse, por su impresionante currículum, Francis fue un hombre totalmente involucrado en la vida política y social de su país, por lo tanto no se vio libre de las intrigas palaciegas del momento y en 1.621 fue acusado de corrupción y de haber recibido una serie de sobornos. No se sabe a ciencia cierta si esto es cierto o no; algunos historiadores afirman que cargó con esas acusaciones para evitar al rey males mayores, otros sin embargo, ven en ello el lógico desenlace para una persona sumamente ambiciosa y ávida de poder. ¿Cuál de las dos versiones es la correcta? Imposible saberlo.
Aunque en un principio fue condenado a la cárcel, recibió el indulto real que le libró, en el último momento, de verse entre rejas, eso sí, tuvo que pagar una multa muy elevada, se habla de unas 40.000 libras, lo que en aquella época era una auténtica fortuna. Aunque quedó libre, su vida política terminó en ese momento.
Claro que el bueno de Francis no echaría de menos el ajetreo de la política, tenía muchos otros intereses, así que no tuvo ningún problema para retirarse a su casa de San Alban para dedicarse por entero a sus estudios y escritos. Además, aunque no se sabe gran cosa de su vida familiar, si tenemos constancia de su matrimonio con Alice Barnham..
Quizás la faceta más conocida de Sir Francis Bacon es la de filósofo. Fue un defensor convencido del Empirismo, que se podría resumir como la adquisición del conocimiento basándose en la experiencia y el razonamiento inductivo. Una de las pocas cosas que recuerdo de cuando estudiaba filosofía en el instituto (una de mis asignaturas más aborrecidas), era la contraposición que se daba entre el Empirismo y el Racionalismo, Sir Francis Bacon y Descartes, Inglaterra y el resto del Continente Europeo. Si el primero proponía que la experiencia era la fuente básica del conocimiento, el segundo en cambio, asignaba ese papel principal a la razón.
La explicación de su método inductivo, está recogida en una de sus obras capitales “Instaurato Magna”, que no pudo terminar. Este pretendía ser algo así como el compendio definitivo de las ciencias. Estaba dividida en varias partes, la más importante sin duda es “Novum Organum” (1.620), en la que destaca la teoría de los ídolos, que me parece interesante mencionar, aunque solo sea por encima. Francis da el nombre de ídolos (ídola) a la forma de pensar humana habitual, basada en prejuicios y datos erróneos, lo que aleja al ser humano del verdadero conocimiento. Lo que hace es distinguir el origen de esos pensamientos. Encontró cuatro tipos de ídolos:
Ídolos de la Tribu, son los comunes a toda la humanidad, es decir, provienen de la naturaleza humana como especie.
Ídolos de la Caverna, los del hombre como individuo. Nacen de su personalidad, educación y formación.
Ídolos del Foro que serían los que nacen del acuerdo y la interacción de los seres humos entre sí, provienen principalmente de la palabra, del uso del lenguaje.
Ídolos del Teatro son aquellos pertenecientes a sistemas filosóficos anteriores pero son creencias y principios que están muy arraigados.
También son fundamentales sus “Ensayos” (Essays) publicados en 1.597. En realidad son reflexiones sobre los temas más diversos que interesaban al autor. Igual habla de política que sobre sus ideas sobre el matrimonio o algo tan humano como es la envidia. Estos son, quizás con Sylva Silvarum, sus obras más importantes.
Existe una controversia sobre la pertenencia o no de Sir Francis Bacon a la Orden Rosacruz. Está documentada su adhesión a esta organización, de lo que no hay constancia es de que ocupase, en algún momento, el cargo de Imperator de la misma. Esta idea parece ser que fue apuntada por M. Blavatski, la fundadora del movimiento teosófico, que dijo haber obtenido estos datos por una de sus visitas a los Archivos Akásicos.
Volviendo a sus libros, he de destacar su obra “Nueva Atlántida” (publicada póstumamente en 1.627) es uno de los escritos sobre cómo sería la sociedad ideal más conocidos que existen, junto con la “Utopía” de Tomas Moro. En “Nueva Atlántida” se nos narran las peripecias que sufren unos náufragos que llegan a una isla en la que vive lo que podríamos denominar como civilización perfecta, regida por unos fuertes principios morales (que podrían ser perfectamente los principios rosacruces) y dirigida por un Colegio de Sabios (que podría representar la estructura jerárquica de la Rosacruz).
Por último, Sir Francis Bacon es también conocido por la teoría que empezó a desarrollarse, con cierta base, en el siglo XIX y que cada vez ha cobrado más adeptos, que le adjudica la autoría de las obras de William Shakespeare (un tema que será tratado en detalle próximamente en este blog).
Para los amantes del cotilleo intemporal, algunos autores dicen que en realidad Sir Francis Bacon era el fruto de una relación que habría mantenido la reina Isabel I con el conde de Leicester, Robert Dudley, y que fue entregado al matrimonio Bacon, siempre fiel a la corona, con la seguridad de su discreción. Esto podría explicar la actitud protectora y sumamente benéfica de la reina con Bacon.
A modo de despedida, una frase del genial Sir Francis Bacon, como materia de reflexión: “Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde”.
http://www.quedelibros.com/autor/2154/Bacon-de-Verulamio-Francis.html
Volviendo a sus libros, he de destacar su obra “Nueva Atlántida” (publicada póstumamente en 1.627) es uno de los escritos sobre cómo sería la sociedad ideal más conocidos que existen, junto con la “Utopía” de Tomas Moro. En “Nueva Atlántida” se nos narran las peripecias que sufren unos náufragos que llegan a una isla en la que vive lo que podríamos denominar como civilización perfecta, regida por unos fuertes principios morales (que podrían ser perfectamente los principios rosacruces) y dirigida por un Colegio de Sabios (que podría representar la estructura jerárquica de la Rosacruz).
Por último, Sir Francis Bacon es también conocido por la teoría que empezó a desarrollarse, con cierta base, en el siglo XIX y que cada vez ha cobrado más adeptos, que le adjudica la autoría de las obras de William Shakespeare (un tema que será tratado en detalle próximamente en este blog).
Para los amantes del cotilleo intemporal, algunos autores dicen que en realidad Sir Francis Bacon era el fruto de una relación que habría mantenido la reina Isabel I con el conde de Leicester, Robert Dudley, y que fue entregado al matrimonio Bacon, siempre fiel a la corona, con la seguridad de su discreción. Esto podría explicar la actitud protectora y sumamente benéfica de la reina con Bacon.
A modo de despedida, una frase del genial Sir Francis Bacon, como materia de reflexión: “Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde”.
http://www.quedelibros.com/autor/2154/Bacon-de-Verulamio-Francis.html
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