LA BIBLIA DEL TAROT. SARAH BARTLETT

Puede que suene un tanto pretencioso el título completo del libro: “La Biblia del Tarot. La guía definitiva de las cartas y las tiradas” (Gaia Ediciones), pero realmente esta obra de Sarah Bartlett es una de las mejores que he conocido en los últimos tiempos para aprender a leer el Tarot partiendo prácticamente desde cero; incluso diría que es una fantástica guía para aquellas personas que llevan tiempo trabajando con el Tarot, pero encuentran dificultades con alguna carta, o puede que con varias. Su lenguaje es conciso y va directa a la cuestión, no desmenuza una a una las cartas, sino que realiza un breve resumen resaltando los significados básicos y más prácticos.

El libro se estructura en dos partes, una más teórica y otra práctica. La primera es una introducción breve al mundo del Tarot, en el que nos cuenta desde su punto de vista qué es y para qué puede servirnos. En sus propias palabras:

“Cada carta posee una imagen, un nombre y un número, potentes símbolos con un significado específico. En su nivel más simple, el Tarot podría definirse como un lenguaje universal que se manifiesta a través de una variedad de símbolos arquetípicos. Conocer el significado que esconden dichos símbolos, y también las reacciones que te provocan, supone identificarte con esas cualidades en tu propia vida, trabajar con ellas de forma positiva e incrementar tu desarrollo y relaciones personales”.

Mucha gente ignora las introducciones de esta clase de libros, prefiere saltárselas y centrarse en lo imprescindible, esto me parece un error, porque precisamente esas introducciones que preceden al análisis de los Arcanos y tiradas son una verdadera declaración de intenciones, nos indican cual será el enfoque que se dará al estudio de las cartas y esto, en un libro que habla de Tarot, es muy importante; no es lo mismo analizarlo desde una visión más esotérica y simbólica, que desde una perspectiva más práctica y utilitaria. Así que, aconsejo leer el libro desde el principio.

En la breve introducción, la autora nos hace un resumen de la historia del Tarot, presentándonos además algunas de las barajas más interesantes, también nos explica su estructura básica. No podía faltar unas explicaciones muy sencillas sobre sus posibles usos y su simbología.

Cuando llegamos a la segunda parte, la más práctica, es donde comprenderemos porqué el subtítulo del libro contiene la palabra Guía, puesto que la autora nos lleva de la mano por los primeros pasos con el Tarot, aclarando esas dudas que casi todo el mundo tiene cuando se inicia en este arte.Explica cómo elegir el mazo adecuado, cómo barajar, como prepararse para una lectura, como extraer las cartas, primeras lecturas, conveniencia o no de utilizar las cartas invertidas, etc., cuestiones que parecen muy básicas pero que cuando se está empezando, pueden crear verdaderos conflictos.

Un apartado que me gusta especialmente es el que propone un trabajo sistemático para estudiar las cartas por medio de la asociación y la intuición, método del que yo soy absolutamente partidaria, por supuesto, sin despreciar el trabajo memorístico, que es inevitable. Tras estos preeliminares, entra de lleno en la disección de cada Arcano.

No son explicaciones exahustivas, son prácticas y directas; algo que resulta muy útil es un pequeño listado de palabras y frases claves para facilitarnos la asociación de cada carta con sus significados principales, lo que va a favorecer enormemente el estudio.

Hay algo que quiero resaltar en favor de Sarah Barlett y es que, en contra de lo que suele pasar en muchos libros de Tarot, le da la misma importancia a los Arcanos Menores que a los Mayores, lo que no es muy frecuente. Habitualmente, se suelen explicar con gran detenimiento los Mayores, dedicando después una breve reseña a los Menores, sin embargo, aquí ocupan espacio por igual, y tienen sus mismas palabras y frases claves. Así que ¡bien por ella!

Otro de los platos fuertes que podemos encontrar en “La Biblia del Tarot” es el apartado de tiradas, bastante surtido y variado. Está subdividido en varias secciones según la cuestión a tratar: tiradas del día, tiradas de la relación, tiradas de la revelación y tiradas del destino, es una nutrida selección de tiradas de todo tipo que nos pueden resolver dudas y ayudar a tomar decisiones. Lo mejor de este apartado es que cada una de las tiradas viene explicada muy claramente y acompañada de un ejemplo práctico de lectura.

Después podemos encontrar unas breves pero jugosas páginas en las que nos explica las relaciones entre el Tarot y distintas disciplinas como pueden ser Cábala, Numerología o Hechizos. Y algo que me gusta especialmente: unas indicaciones para diseñar tu propia baraja, realizar mandalas con el Tarot y crear tiradas personalizándolas. Esto para mí es muy importante, me recuerda la época en la que estudié con los Constructores del Adytum (B.O.T.A.), uno de los trabajos que realizábamos era colorear nuestro propio juego de cartas, eso sí, siguiendo unas indicaciones muy precisas, pero reconozco que fue una forma muy interesante de profundizar en la simbología del Tarot. Lo que Sarah propone es una creación absolutamente libre, una versión personal y única del Tarot.

En resumen, esto es lo más destacado de "La Biblia del Tarot". Creo que para quien quiera iniciarse en este Arte, puede encontrar en este libro una muy buena guía; para quien ya tenga conocimientos puede ayudarle a mirar el Tarot con otros ojos, algo que es muy saludable pues cuando ya llevas un cierto tiempo, es fácil que tu visión se vaya estrechando, estos libros nos pueden servir para ampliar el campo de visión y enriquecer la práctica. Tengo que confesar que, en un principio, ojeé el libro sin demasiado interés, pensando: "Otro libro más de Tarot", pero captó mi interés de inmediato, no solo por ser visualmente muy agradable, sino también porque las imágenes que lo ilustran son las del Tarot Universal de Roberto De Angelis, el que yo uso habitualmente, simplemente por eso. Y tras leerlo, bueno, solo puedo decir que me alegra haberlo incluido en mi biblioteca de Tarot... mereció la pena.