Las revolucionarias teorías de Court de Gébelin no dejaron indiferentes a los ocultistas europeos de su época. Si bien hubo una fracción de detractores, sus seguidores eran numerosos y verdaderamente entregados a sus ideas. Jean Baptiste Alliette, más conocido por el nombre de Etteilla (su apellido al revés), recogió el testigo de las ideas que sobre el Tarot tenía Gébelin.
Etteilla (1.738-1.791) se dedicó durante un tiempo a la venta de semillas, más tarde, parece ser, fue peluquero, aunque él se presentaba como profesor de álgebra. Sea como fuere, lo importante es que tenía una afición enorme por el ocultismo. En París se dedicó a leer las cartas de forma profesional y, de hecho, escribió un pequeño manual en el año 1.770 para aprender a leer las cartas con la baraja de piquet, un antiguo juego de cartas para dos jugadores, una baraja reducida que se usaba normalmente, además de una carta "Etteilla".