Monasterio de la Encarnación |
En el monasterio de la Encarnación, junto a la Plaza de Oriente de Madrid, se custodia una de las más inquietantes reliquias del cristianismo, se trata de una ampolla que contiene la sangre de San Pantaleón. Lo que dota de misterio a esta reliquia es que cada 27 de julio, festividad del santo, se produce un fenómeno que se conoce como licuefacción, es decir, la sangre seca y oscura que, supuestamente, era de San Pantaleón, se vuelve líquida.
Tal vez conviene hacer un poco de historia y conocer algo más de San Pantaleón. Nació en Nicomedia (ahora Izmit) en Turquía, en el siglo III a.C. Su padre, Eustorgio, era un médico pagano, mientras que su madre, Eubula, era una ferviente cristiana que no consiguió transmitir su fe a su hijo puesto que murió siendo este muy niño. Siguiendo la tradición familiar, San Pantaleón estudió medicina y, según parece, fue un médico de cierta fama, pues atendió al mismísimo emperador Maximiano. Un día, conoció de forma fortuita a un santo presbítero llamado Hermolao que trató de convertirle a la fe cristiana.