Tarot B.O.T.A. |
Ya iba
siendo hora de compartir la visión de alguno de los Arcanos Mayores del gran
Hajo Banzhaf, un autor por el que tengo auténtica debilidad, ya que siento una
sintonía absoluta con sus escritos. En este caso os transcribo un texto de una
de sus obras imprescindibles: “El Tarot y el Viaje del Héroe” (ed. Edaf) de la
que voy a hacer en breve una reseña. Evidentemente, cada persona tiene su
particular acercamiento al Tarot, y recurre a las fuentes que más resuenan en
ella. Yo descubrí este libro cuando llevaba muchos años trabajando con el
Tarot, pero sentí que no era una más de esas cientos, miles, de obras sobre el
tema que se escriben y que, en mi modesta opinión, en muchos casos, no aportan nada
nuevo, sino por el contrario, son refritos de refritos de cosas ya escritas,
plagadas de tópicos y de monótonas repeticiones.
Por
supuesto, me parecía imprescindible, tratándose de este libro en concreto,
recurrir a la figura del Loco, puesto que será él quien inicie ese viaje que
nos lleve a conocer en profundidad y con nuevos ojos el Tarot. Así que te pido
que durante unos minutos respires hondo, te olvides de todo y, si es que no
conoces aún esta obra, te dejes atrapar por esta descripción de ese maravilloso
viaje que comienza con esta carta y que se extiende por el resto de los Arcanos
Mayores.
“¿No es
extraño que de todas las personas sea precisamente El Loco el vencedor en este
gran viaje? Hoy en día tenemos del héroe una idea completamente diferente:
esperamos que sea valiente, fuerte, firme, inteligente, con aura de eterno
ganador. Con una mirada retrospectiva podremos comprobar, sin embargo, que estos bravos héroes invencibles son
bastante recientes, aunque algunos de ellos, como Gilgames, Heracles, Orión o Perseo
forman parte de la historia hace tres o cuatro mil años. Este tipo de héroe, claramente
masculino, es propio de los albores del patriarcado, y básicamente distinto de
los posteriores, con los que también estamos familiarizados, y que siguen vivos
a través de la tradición oral, en nuestros cuentos de hadas y leyendas. En estos
casos, al menos al principio, el Héroe no es particularmente valiente, fuerte,
galante ni hábil. Suele ser más bien el joven, el tonto o el loco. Y no deja de
ser interesante que sea precisamente el «simple» quien lleve a cabo con éxito
la gran tarea.
Todas las historias
tienen patrón similar. Cuentan, por ejemplo, cómo una gran sombra cae sobre el
reino floreciente, y el rey manda a buscar un héroe dispuesto a salvar sus
tierras del peligro amenazador. Normalmente, el rey tiene tres hijos. Los dos mayores manifiestan de inmediato su voluntad
de ponerse en marcha y solucionar el problema. Son más o menos sinceros, pero aunque
intentan salir airosos de la prueba, no lo consiguen. Cuando el hijo menor se
prepara también para intentarlo, todos se ríen de él, dándolo por perdedor. Y aunque
sabe que no es particularmente inteligente, valiente o hábil, decide igualmente
asumir el riesgo. Luego de muchas pruebas y
extraordinarios acontecimientos, acaba haciéndose con el tesoro escondido y difícil
de encontrar, y lo lleva de regreso a casa, liberando así al reino de la terrible
amenaza.
Tarot Dante |
El rey
habría creído a cualquiera capaz de tal hazaña, especialmente a sus hijos
mayores, que se le parecían mucho, y que eran casi tan inteligentes y valientes
como era él, o como lo había sido alguna vez. A su hijo menor, en cambio, no lo
veía como a un héroe. Este es el curioso mensaje que encierran todos los cuentos
conocidos, procedentes de pueblos del mundo entero: la persona que consigue encontrar la solución al gran problema
es precisamente aquella que creíamos incapaz de hacerlo.
Marie-Louise von Franz nos da la explicación:
"«El simple» ... , dice
ella, «simboliza esencialmente la personalidad íntegra y genuina ... Esta
integridad es más importante que la inteligencia, el auto control o cualquier
otra cosa. Es en esta naturaleza genuina donde radica la salvación de la situación».
Sería prematuro y a la vez
erróneo sacar la conclusión de que este es el viaje de El Loco. Aunque es
verdad que el héroe comienza el viaje como El Loco, es capaz de evolucionar con
gran rapidez. Al final de la historia, sin embargo, debe adoptar nuevamente una
actitud modesta y sencilla, similar a la que inicialmente tenía. Nos recuerda a
Perceval, que se adentra en el mundo vestido como un loco y, como él, encuentra
el Castillo del Santo Grial al final de la historia. También aquí vemos
aparecer a El Loco como un tonto simple al principio del relato, emergiendo más
tarde como El Loco sabio.
Las cartas muestran a El Loco
acompañado por un perro que simboliza el poder de los instintos, que lo protege
a lo largo del camino y sale en su auxilio cuando lo necesita. A pesar de
encontrarse al borde del abismo y de no ser consciente de ello, nunca llega a
caer. El ladrido del perro lo pone
sobre aviso o, más probablemente quizá, siente el impulso de seguir en otra
dirección, sin llegar nunca a darse cuenta lo cerca del peligro que ha estado. Las montañas cubiertas de nieve que
conforman el escenario de la carta representan las cumbres
que aún le quedan por escalar en su viaje, y que son el hogar del Ermitaño.
Es la meta de la primera parte
del viaje, al final de la serie de cartas impares: el conocimiento, o más exactamente,
el auto conocimiento. Todo lo que lleva El Loco en su viaje está dentro de su hatillo, y ello ha dado lugar a
todo tipo de especulaciones.
La mejor explicación se la
debemos a Sheldon Kopp, que llamó al hatillo «la bolsa del conocimiento no usado».
Con ello expresa la típica y a
la vez interesante actitud de El Loco: no sabe nada o no hace uso de lo que
sabe aunque, en contrapartida, sus conocimientos jamás le bloquean u obstruyen.
En cierto sentido personifica al niño que todos llevamos dentro que, como al
resto de los niños, le encanta probar siempre cosas nuevas y coger caminos
imprevisibles.
Tarot Universal Robert De Angelis |
No cabe duda de que esta
actitud abierta y Libre de condicionantes es la ideal para el aprendizaje de
cosas nuevas. Waite llamó a esta carta «la mente en busca del conocimiento».
Sin embargo, cuanto más adultos
nos vamos haciendo, más tendemos a reafirmarnos en nuestras convicciones y
opiniones. Dando por sentado que estamos siempre en lo cierto, sin excepción,
perdemos todo interés por conocer cómo se ve la realidad más allá de nuestras ideas.
Vivimos en un mundo de conceptos, a los
que con gran orgullo llamamos conocimiento pragmático, y que bloquea nuestra
capacidad de abrirnos al conocimiento que procede de nuestro interior. Nos
aferramos a aquellos juicios e imágenes que nos infunden una cierta sensación de
seguridad, aunque la realidad es bien diferente. Nuestra vida se vuelve
aburrida, rutinaria y monótona, y al no surgir cosas nuevas e intensas que nos
ilusionen, la alegría de vivir se marchita en nosotros. Y, qué duda cabe, la
realidad nos da alcance, una vez tras otra, haciéndonos reconocer, en nuestras
crisis, que nuevamente nos hemos hecho de ella una idea equivocada.
Por el contrario, El Loco representa el lado alegre y sin grandes complicaciones que también tenemos, a quien la perfección o los errores le son completamente indiferentes. Con alegría y de forma desenfadada va por la vida probando cosas nuevas, sin temor a equivocarse, a hacer el ridículo. Si algo no funciona, simplemente lo vuelve a intentar hasta que lo consigue o hasta perder el interés. Le gusta experimentar ese sentimiento de felicidad que nace del corazón, y se sorprende ante la cantidad de posibilidades, la gran variedad de cosas que la vida y el mundo le ofrecen".
Conoce más sobre la carta de El Loco siguiendo estos enlaces:
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