Cuando decidimos que queremos leer la cartas a otras personas, iniciamos un proceso en el que vamos eligiendo el tipo de enfoque que daremos a nuestras lecturas: más predictivo o más orientativo, decidimos también las barajas que utilizaremos, si complementaremos las tiradas con otras disciplinas como la quiromancia, péndulo, lectura de aura, etc. Y es en ese momento cuando debemos decidir cuánto hablaremos y cuánto callaremos, para mí, uno de los puntos más importantes de una lectura y algo que no se debe tomar a la ligera, al contrario, se trata de una decisión trascendental a la hora de realizar una lectura.
Así es, uno de los mayores problemas que nos encontramos al interpretar una tirada es saber hasta cuándo se debe hablar y en qué momento es prudente callarse. No me refiero a tratar de decir al consultante lo que debe o no debe hacer ante determinada situación que plantea la consulta, volcando nuestra opinión personal en la lectura, independientemente de la interpretación de la misma, se trata de otro tema del que ya hablaré, pero en otro momento. Lo que ahora planteo es algo más concreto: si se deben decir las cosas negativas que se ven en una lectura. Y cuando digo cosas negativas me refiero a noticias desagradables: infidelidades, traiciones, separaciones, enfermedades, despidos, muertes, encarcelamientos, etc.