Orden y razón son dos características que definen a la perfección las fuerzas que representa este Arcano. Curiosamente, el hombre tiene dos tendencias contrapuestas para enfrentarse a las características antes nombradas. En primer lugar el orden, desde que el ser humano puebla la tierra, ha intentado ordenar y clasificar. Asignar un nombre a todo lo existente ya es un intento de clasificación, como cantaba Bob Dylan, “El hombre puso nombre a los animales”, todo lo etiquetamos y ordenamos por categorías, en un intento de que los objetos no escapen a nuestro control. En el otro extremo, está la tendencia, también natural del hombre, al caos, al desorden, a regular las vivencias con leyes y normas, para después saltárselas e incumplirlas.
La misma dicotomía se da en la razón, el ejemplo más representativo es el constante enfrentamiento entre ciencia y creencia, lógica y fe, casi se diría que no pueden existir la una sin la otra pues se necesitan ambas para después contraponerse, es muy difícil e infrecuente que ambos términos se armonicen y complementen (que sería lo deseable). Nos movemos constantemente entre los pares de opuestos, el Emperador no es una excepción.