Siempre insisto en la importancia de hacer cada cierto tiempo una limpieza personal, con el objeto de desprenderse de energías negativas y purificarse, tanto a nivel espiritual como mental. Del mismo modo pienso, que también es conveniente hacer una limpieza espiritual en nuestra casa, local, despacho, tienda, etc. Muchas veces estos lugares, están cargados de energías molestas, que pueden provenir de la negatividad que impregnan las personas que habitan o trabajan en ellos o bien puede residir temporalmente algún ente nada beneficioso.
Imaginemos, por ejemplo lo que sucede en una tienda. Además de las personas que trabajan en ella durante varias horas, a diario están constantemente entrando y saliendo los clientes que portan sus cargas energéticas particulares y que van impregnando el lugar con ellas. Pensemos ahora en una casa en la que durante años conviven una serie de personas que tienen sus problemas, sus alegrías, sus intercambios de energías, a los que hay que sumar los que aportan familiares, amigos y vecinos que por ahí pasan.