En su libro: “La lengua del inconsciente.
Una guía iniciática para el uso del Tarot de Marsella” (ed. Mirada Maga), Alvaro
Santi propone una visión distinta del Tarot, utilizándolo como herramienta para
profundizar en el subconsciente, en lo que somos y lo que proyectamos. Plantea
la relación con las cartas como una sucesión de imágenes arquetípicas que
permiten crear una narrativa sobre aquello que queremos entender, conocer… En
ese sentido, cobra valor esta explicación que nos incluye en la introducción: Tarot B.O.T.A.
“La utilización del Tarot como una estructura arquetípica que facilita el descubrimiento de la configuración psíquica me ayudó a indagar en otra dimensión de mí mismo.
El Tarot ha significado para mí una manera de pensar. Con los años he aprendido a ver la vida desde otras perspectivas, y en eso este juego ha resultado ser una valiosa guía. La práctica además, permite la unión de ambos hemisferios cerebrales en una aceptación de lo racional como de lo irracional. El intelecto que no abre sus puertas es como una cárcel que limita nuestra mirada y, por consiguiente, nuestra acción y realización. Además funciona como un soporte donde podemos proyectar la estructura de nuestro psiquismo”.